No solo «Facebook» que pasará a llamarse «Meta». Hay mu-chos ejemplos –que hace poco eran ciencia ficción y ahora están en las agendas gubernamentales– que subrayan esta migración sin precedentes. Estamos dejando la conexión exclusiva con este universo y pasando a otro plano de la realidad, es decir, a un meta-verso. Curiosamente, los videojuegos y sus modos de interacción proporcionan la maqueta aproximada del admirable mundo que la tecnología se propone poner a disposición de la humanidad. No hace falta decir que las presentaciones de estos metaversos describen mundos más allá del defectuoso y amenazado en el que vivimos. En los metaversos, todo el mundo puede sentirse más capacitado, divertido, infalible o rápido. Exactamente como dentro de un videojuego.
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