Mariano Sedano
Misionero Claretiano (San Petersburgo, Rusia)
La idea no es mía. La copio de mi maestro, el jesuita Giacomo Martina. En sus clases decía, y lo repiten sus libros, que la Historia de la Iglesia católica, teóricamente universal, de hecho –al menos en los libros de historia– es muy estrecha. Se mueve dentro de un cuadrilátero muy limitado cuyos vértices imaginarios serían Nápoles-Berlín-Londres-Lisboa. Lo que queda fuera de ese espacio, carece de interés, no es historia. Por eso, Martina ensanchaba nuestra mirada histórica: América, del Norte y del Sur, el Este de Europa, África, Asia y hasta Oceanía. Y nos hacía ver que fuera del cuadrilátero había mucha vida y mucha historia que había que descubrir. Y después, contarla a otros.
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