En nuestra vida hay muchos pasajes del Evangelio que se encuentran grabados en nuestro corazón. En un mundo donde la Biblia cada vez se lee menos, nuestro testimonio de vida se transforma en una predicación constante de la esperanza que hoy el mundo necesita. Estamos llamados a gritar por el mundo la Palabra viva de Jesús, que nos anuncia su amor.
Podemos traer a colación las palabras del padre Carlos Mugica, quien nos recuerda que somos las manos, los pies, los labios de Cristo, para la liberación de tantas personas que necesitan de nuestro amor, que es el amor de Jesús.
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