El voto de castidad por el reino de Dios es un voto de amor de cuerpo y alma. Es una llamada a vivir relaciones especiales de amor: más, mejor, a más personas, a todos, a la vida, a la creación, a Dios
Ya hace años Jose Antonio Marina escribió en su libro Rompecabezas de la sexualidad un manifiesto para una segunda liberación sexual. Señala que «la cultura ambiente, por muchos caminos, está produciendo una trivialización de las relaciones, que va unida a una superficialización de las personas». Se refería a la vieja idea de Sartre que dice que el infierno son los otros y añade: «Esa idea mezquina ha tatuado nuestra afectividad y, al final, nuestras expectativas crecen, pero nuestras capacidades de amor menguan (p. 241)».
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