“Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5).
Como habíamos dicho el mes pasado, en este mes damos el salto a la figura de Jesús desde la clave de la fragilidad. Fragilidad querida (la otra hay que seguir luchando contra ella) y buscada desde el Reino.
Hemos escogido tres textos que nos hablan del respeto infinito del Nazareno por la caña cascada y el pábilo vacilante, de las personas quebradas y a punto de romperse totalmente (incluso Él mismo).
El primer texto es una parábola y los otros dos son narraciones (eucaristía y resurrección) que nos pueden dar pistas por dónde podemos transitar como comunidades y personas, oyentes y servidores de la Palabra frágil.
El trigo y la cizaña (Mt 13,24-30)
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