MIRADA CON LUPA

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Cinco preguntas al Sínodo
La revista VR ha estado en el Sínodo, ha sido uno de los 122 medios que ha seguido puntualmente los trabajos sinodales. Desde la mirada atenta a todo lo referente a la vida consagrada ha podido contactar con aquellas y aquellos que se han dejado hacer por este ambiente pentecostal que recuerda el vivido en el Concilio Vaticano II hace 50 años… Es el Espíritu el protagonista y las consecuencias de este Sínodo dependerán de a dónde lo dejemos llegar, en el día a día, cada uno de nosotros. Nuestra “mirada con lupa” ofrece cinco visiones. Complementarias, distintas, con acentos y matices. Pero visiones esperanzadas.

Beatriz Acosta. Sup. Gral. Compañía de María
“Es terrible seguir haciendo lo mismo y pensar que algo puede cambiar”
¿Cómo se ha encontrado en el Sínodo?
Bien, acogida realmente para mí ha sido una oportunidad poder estar en relación con los obispos y sobre todo con los que estamos en las diócesis donde está la compañía y poder encontrarnos hablando de problemas fundamentales para la Iglesia realmente para mí ha sido un enriquecimiento una oportunidad también de valorar y de conocer por donde van las sensibilidades.
¿Tiene una percepción positiva del Sínodo?
Claro, yo creo que un Sínodo hasta donde da… pero creo que el esfuerzo de escucha. A mí me pareció valioso que cada uno pueda decir su palabra y su preocupación y la tónica de respeto. Ahora, que la reflexiones dan …. Pero abren, yo creo que un Sínodo no se acaba aquí, creo que a la Iglesia y al pueblo de Dios nos toca seguir avanzando y reflexionando sobre el tema, abre pistas de reflexión.
¿Calará el mensaje en nuestro contexto?
El mensaje es objetivamente largo. Fue un tema de discusión si se acortaba o no yo creo también que nos toca tener pedagogía, motivar a la gente a que lea. Está dividido por partes, que cada uno lea y profundice y además rescate lo que le sirva.
¿Pero nuestra sociedad está para eso?
Creo que hay que motivarlos. Yo siempre pienso que hay que sacar lo bueno de todo, una mirada pesimista no sirve para nada, no nos ayuda. En este momento de Iglesia hay que unir fuerzas e intentar salir adelante. Me parece valioso que se haya unido realmente la proclamación, la adhesión a Jesucristo con la opción por los pobres. Es evidente que el compromiso con el Señor implica compromiso con los hermanos.
Tendemos a pensar que es el otro el que tiene que cambiar, sin embargo se habla expresamente de la conversión del evangelizador…
Sí, ha sido muy fuerte el tema. Es la importancia del testimonio, reconocer lo malo, o sea no somos muchas veces ejemplo y pedir perdón es un paso creo que hay conciencia y que solos no podemos que es el Espíritu el que nos tiene que ayudar, hay muchos desafíos y la tarea no está terminada.
El Sínodo de la nueva evangelización es algo así como una propuesta de reestructuración para toda la Iglesia similar a lo que estamos viviendo en nuestras congregaciones
Creo que la reflexión sobre vida religiosa a mí me ha parecido clara y que vale la pena. Cuando nazca la Exhortación Apostólica creo que las comunidades vamos a tener que dar pasos de mayor radicalidad, compromiso… en la misma dirección que estamos pero nos impulsa a seguir y a estar de manera más decidida en las fronteras.
Sin embargo tenemos una dificultad para este estar en las fronteras y es que en concreto en este contexto europeo estamos hablando de una vida religiosa muy envejecida.
Lo primero es creérnoslo, a mí me parece que el mayor problema es que no creemos posible otra vida diferente, para mí la conversión fundamental es creer que es posible y haciendo lo posible Dios dirá. A nosotros nos toca dar un paso si resulta bien, bien… si no resulta hicimos lo que pudimos. Lo terrible es seguir haciendo lo mismo y pensar que las cosas van a cambiar. Pienso en algo concreto que el Sínodo ha subrayado y es el contacto con los jóvenes por la vía de la belleza.Para nosotras el trabajo con los jóvenes es unir arte, humanismo y espiritualidad como propuesta evangelizadora. Llevamos cinco años trabajando y estamos contentas. Es verdad que no todos los contextos se lo creen, ahí está el problema, pero hay unos contextos que realmente se han empeñado y hay signos de esperanza. Ha llegado la hora de hacer cosas diferentes.
¿Para este proceso de renovación tan interesante en el que estamos nos ha hecho mucho daño el haber sido tan fuertes en el pasado?
Yo creo que la humildad es clave, que hay que cambiar. Pensar que vamos a seguir siendo lo de antes es absurdo. Nos tenemos que abrir a lo nuevo.
Pero nuestros hermanos y hermanas de los orígenes partían de la nada, sin embargo nuestras propuestas, planes y proyectos nacen de una situación de cierto poder. ¿Nuestras instituciones tan fuertes dicen algo a las sociedades actuales?
La vida nos pone en nuestro justo lugar y, en ese sentido, nos ha puesto en un lugar muy duro ahora mismo…
Ha sido muy aleccionador el Sínodo en este sentido. A mí me ha evangelizado la experiencia de las Iglesias perseguidas y pequeñas y pobres y también la apertura al ecumenismo. Creo que esta realidad nos va cambiando.Soy una mujer de esperanza, pero me temo que todavía somos muy fuertes como para creer que la conversión es para nosotros.

Pascual Chávez. Rector Mayor de los Salesianos
“Nuestras estructuras deben ser menos de gestión y burocracia y más de atención”
¿Qué ha supuesto este Sínodo?
Se ha hecho un gran camino. Ha habido como un proceso clarificador en asuntos importantes para mí como es la naturaleza misma de la nueva evangelización, para evitar el riesgo de la retórica de hablar de las cosas pasadas con un nuevo lenguaje sin que hubieran cambiado y al final haciendo pasar por nueva evangelización absolutamente todo. Segundo, las intervenciones de los sinodales fueron poniendo de relieve aquellos aspectos en los que más habría que incidir para que la nueva evangelización resultara de verdad un proyecto histórico, es decir, no solamente un slogan o un lema y esto, fundamentalmente, significa una conversión personal.
¿Qué decir de los evangelizadores…?
Una auténtica renovación espiritual que es posible en la medida en que la Iglesia se pone en estado de evangelización permanente, es decir, abierta a Jesús y a su evangelio con todas sus exigencias y, sobre todo, un elemento especial que fue la contribución de Aparecida cuando habla de conversión pastoral porque significa una manera diversa de entender todas nuestras estructuras y nuestros servicios que deben de ser menos de gestión, menos de burocracia y mucho más de atención realmente a lo que son las necesidades humanas pastorales de las personas .
También la cuestión que se refiere, por una parte, a lo específico de la vida consagrada y, por otra, a los movimientos. Se ha hablado con claridad de la necesidad de renovar las mutuas relaciones para que efectivamente haya una mejor integración de todas las fuerzas eclesiales al servicio de este proyecto de nueva evangelización. Yo personalmente quedo contento, me ha gustado el mensaje porque es de un tono muy optimista, no ingenuo y sobre todo muy completo.
¿Esta mirada amable y comprensiva del mundo ha sido común en la Asamblea Sinodal?
Yo al episcopado en general lo he visto mucho más abierto a estas cosas. Creo que ha quedado patente que todas las formas de vida nos necesitamos al servicio de una causa mayor que es la misión.
Naturalmente las parroquias que deben ser la casa dentro de la casa de la fe donde hombres y mujeres participan de una misma comunidad y, sobre todo, las pequeñas comunidades cristianas, según los diversos proyectos de nueva parroquia que existe, han salido mucho más fortalecidos y creo que debe ser así. Las distintas formas estables de vida y movimientos han recibido una llamada a la integración y la cooperación.
¿La vida religiosa va sentir de algún modo una nueva fortaleza a partir de este Sínodo?
Yo pienso que sí que será en la medida que efectivamente se recupere la convicción de que todavía el cristianismo, Cristo y el evangelio significan algo para el hombre y la mujer de hoy y creo que esto dependerá mucho de la aptitud de una inmensa simpatía en la cual hay que ver el mundo, en esto los religiosos fuimos muy insistentes porque a veces tenemos la impresión de que prima una visión muy negativa de la realidad. La clave es el evangelio de Juan 3, 16 “Tanto ha amado Dios el mundo”. Si esto es así no podemos nosotros no amar este mundo, porque esto nos permitirá desarrollar una aptitud de simpatía que abra al diálogo no desde el principio de choque que entendería la nueva evangelización como una cruzada, un nuevo esfuerzo de proselitismo que hoy está fuera de lugar. Entonces desde ese punto de vista dependerá mucho de la convicción personal de cada uno. Si no somos honestos no tenemos razón de evangelizar o sea, si yo no creo en lo que estoy anunciando mejor no anunciarlo.
Lo segundo es que esto debe de ir acompañado de una capacidad de inculturar, es decir, el lenguaje no es indiferente. El lenguaje necesita comunicación, urge inculturar el evangelio y hacerlo posible y comprensible en cada contexto, si no se da la comunicación no habrá nueva evangelización.
La nueva evangelización es un mensaje de posibilidad para todos…
Sí, efectivamente, porque se impone un nuevo modo de afrontar las situaciones que viven las familias. No se trata aquí, en este momento, de abrir discusiones desde el punto de vista doctrinal, se trata realmente de buscar respuestas pastorales a las situaciones concretas en las que viven las familias en la pluralidad, entender y conocer las condiciones en las que se encuentran… creo que viene una etapa mucho más esperanzadora en nuestra capacidad de comprensión.
Antonieta Bruscato. Sup. Gral. Hijas de San Pablo
“En la Iglesia tenemos un problema de comunicación”
Al final de este Sínodo de la Nueva Evangelización, ¿qué ve Antonieta Bruscato?
Ha sido una experiencia muy fuerte de Iglesia y de comunión. Me ha abierto el horizonte… El Sínodo facilita una visión de conjunto. No te puedes quedar sólo con lo tuyo, con la pequeña parcela que conoces. Creo que ha sido una oportunidad para tener una visión de Iglesia de conjunto. Verdaderamente ha sido el Espíritu quien ha dirigido la reflexión. Es la misma Iglesia la que sufre y envejece, pero también la que renace en Camboya, en Ucrania… en tantos lugares.
Dios está presente en la historia de la humanidad, en la que la Iglesia no es todo, pero es un signo sensible de ese amor de Dios…
¿Qué destacaría del desarrollo sinodal?
Pues que pese a la apariencia de un ambiente rígido y de compartimentos estancos, he vivido la frescura de la relación, la comunión y la participación. Laicos, religiosos, obispos y cardenales creo que hemos ofrecido la imagen real de la Iglesia: la pluralidad que está unida por la mano misteriosa de Dios, ágil y firme, que es su Espíritu.
¿Qué echa de menos?
Aparentemente todo lo que se ha dicho es algo que ya se sabe. La novedad no está en lo que se dice, sino en la conciencia que se ha creado y se va a crear en todos nosotros. Es una renovación en el compromiso. Novedad propiamente no hay ninguna.
Respecto al mensaje…
Es muy bello y está bien construido, pero tenemos un problema de comunicación. Tendemos a ser abstractos, teóricos… Nos cuesta concretar. Necesitamos hablar de la vida, de la sociedad, de las necesidades de la gente… El mensaje para nuestro mundo es muy largo. El problema de nuestro mundo es que no necesita un mensaje literario, sino líneas concretas para que la gente perciba que Dios le ama. Los cristianos somos una parte de nuestro mundo y nos acercamos a nuestros hermanos con la humanidad, el respeto y el amor… Después vendrán las preguntas, no antes.
Reafirma la creatividad de la vida religiosa…
Hay una dificultad general para comprender y valorar la vida religiosa. Es verdad que en los grandes documentos no debe aparecer… Estamos llamados a vivir lo mismo que el resto de los cristianos, pero lo cierto es que los religiosos hemos vivido este posconcilio con especial verdad. Hay como una dificultad clara para expresar el amor a la vida religiosa…
Y respecto a la mujer en la Iglesia…
Yo no espero ni quiero una declaración formal en la que se signifique una opción especial por la mujer… No. La opción es por todo creyente, por todo cristiano sea cual sea la forma de seguimiento. Se me ocurre que el cambio primero se tiene que dar en nosotras. Tomar conciencia de nuestro sitio, nuestro lugar, nuestras posibilidades maternales de engendrar y acompañar procesos de vida… por eso hay que formarse más, cuidar más la sabiduría y el coraje en la opción.
Adolfo González-Montes. Presidente de la Com. Ep. para la Doc. de la Fe (CEE)
“Los religiosos con su identidad y cualidad, son necesarios para la Iglesia”
El Sínodo ha llegado a su fin…
Cierto, y ha sido un foro de debate eclesial realmente significativo porque canaliza el diálogo entre las Iglesias particulares con el Papa. Mi impresión habría que manifestarla de una manera, digamos, en doble perspectiva primero el método de trabajo y los resultados obtenidos, no sé si todos los métodos son aplicables pero se parte de una discusión franca, abierta, y la función del relator general es ir recapitulando las intervenciones y dándole estructura y articulación, otro método sería, por ejemplo, partir de un texto ya dado previamente, trabajado desde las Iglesias particulares y enviado a la secretaria corregido o aumentado, salvo esta cuestión de método que es por supuesto una elección que hay que hacer, el Sínodo ha trabajado bien y está contribuyendo a resultados muy esperanzadores. El mensaje creo que va a gustar porque tiene una enorme fuerza propositiva y aborda los problemas reales que tenemos.
¿Incide en los problemas que tenemos?
Aborda los problemas que estamos viviendo en la Iglesia y trata de orientar, no puede dar soluciones porque entre otras cosas este mensaje no es firmado por el Papa. Pero es un mensaje que tiene un enorme peso moral y espiritual y que traduce lo que el Sínodo ha sido y creo que acierta plenamente a reflejarlo.
Si hiciésemos una lectura desde Europa y para Europa el mensaje…
Bueno pues hay cuestiones muy interesantes que observar en el mensaje, se dice cuanto ha hecho ciertamente Europa por la evangelización a lo largo de su historia, en definitiva como el cristianismo ha ido dando articulación a Europa y Europa ha sido como una plataforma de lanzamiento del mensaje evangélico al mundo. Es muy hermoso como ha sido redactado y, al mismo tiempo, nos damos cuenta que como ese mensaje hoy se ha quedado sin estructura que lo ampare o lo cobije porque la sociedad en la que estamos es una sociedad enormemente plural, es socialmente plural pero culturalmente también muy distinta de la sociedad cristiana del pasado. No significa que Europa vaya a negarnos la presencia que la Iglesia tiene que tener amparándonos en la propia estructura democrática de la sociedad, pero está claro que este tiempo nos está urgiendo un modo nuevo de estar y proponer .
¿Monseñor, a partir de ahora, se impone un nuevo trato y tacto con aquellos que están sufriendo porque no pueden participar de la comunión?
Pastoralmente se ha reforzado, por ejemplo, con los matrimonios irregulares el espíritu de acogida. Se trata de hacer comprender a todos que estos matrimonios son hijos de la Iglesia y están en la Iglesia y que ciertamente, según la palabra del Señor, han roto de alguna forma la comunión total que se expresa en el sacramento de la penitencia y de manera especial en la eucaristía pero que eso no significa que hayan dejado de ser miembros de la Iglesia y que están llamados a vivir conforme a las exigencias del evangelio y a dar testimonio de él. La Iglesia es su casa y no deben buscar otra.
En cuestión de relaciones mutuas, es decir, de este trabajo en conjunto que tenemos que hacer como Iglesia todas las formas de vida, ¿qué subrayaría?
Bueno pues yo creo que como mi entrevistador es un religioso puede estar muy contento por la forma propositiva y esperanzadora que tiene el mensaje. Incluso traduce muy bien que hemos hablado de los religiosos como son, evangelizadores que están ahí que en la historia suponen un carisma y un enriquecimiento admirable del Espíritu Santo a la Iglesia y como en el futuro no podemos menos de seguir contando con ellos porque son obra del Espíritu Santo son carismas cada instituto con su propia identidad y cualidad necesarios para la Iglesia hoy y para el futuro de la Iglesia.
Mons. Virginio D. Bressanelli. Dehoniano, Ob. de Neuquén (Arg.)
“El sínodo debería haber abordado el estilo de gobierno en la Iglesia”
Monseñor, ¿sereno o entusiasmado con el Sínodo?
Ciertamente sereno, pero sin renunciar al entusiasmo.
¿Qué señalaría de todo lo vivido en la Asamblea Sinodal?
Para mí ha sido lo más significativo ha sido el sentido de comunión que existe entre los obispos, este sentido de universalidad que tiene la Iglesia y otra cuestión, la presencia de los delegados fraternos que han ayudado mucho a marcar claramente los horizontes y reforzar aquel espíritu ecuménico que nos dio el Concilio.
Señalaría también que se ha reafirmado el espíritu conciliar que invita a una lectura positiva y esperanzada del mundo, una actitud de amor vista teologalmente desde la aportación de Juan 3… tanto amó Dios al mundo…
Otro aspecto para mí importante, sobre todo desde América Latina fue reafirmar la opción preferencial por los pobres y reafirmarlo desde el punto de vista cristológico, no sociológico.
Cómo no, creo que está reafirmado el camino del diálogo. A mi me interesaba muchísimo que se reafirmara y la importancia de lo que son los laicos dentro de la Iglesia y particularmente dar valor al papel de la mujer.
Creo que no ha entrado otro tema que para mí habría sido muy importante y que es el estilo de Iglesia. Me refiero al estilo de gobierno donde se viviese mucho más lo que es la parte de renovarnos en Cristo servidor.
Como religioso, ¿se ha sentido respaldado por el Sínodo?
Me esperaba que iba a ver una ponencia sobre papel que tiene la vida religiosa en cuanto a todos los desafíos de la evangelización. Eso nos hubiese dado un marco muy grande. No ha salido sino en intervenciones puntuales. Lo que si se ha demostrado es que muchos obispos percibieron la necesidad de que se dijese algo en este sentido . Pero ha entrado luego una forma muy buena a través de los grupos, quizás a veces las proposiciones no recogen toda la riqueza de los grupos. Las proposiciones al final quieren poner de acuerdo muchas cosas y valen en cuanto al índice de temas pero no en cuanto ha desarrollo, porque no es un desarrollo realmente del tema la proposición. Tengo mucha esperanza de que la Exhortación del Santo Padre continúe en el mismo espíritu que tuvo la Evangelii Nuntiandi cuando reconoció el valor de la vida religiosa con aliento, optimismo y empuje.
Creo que se ha dicho algo interesante en algún momento que es lo siguiente: En la evangelización, a la vida religiosa, le toca un lugar de vanguardia, un ligar donde están los extremos, donde más se juega la vida.