María José Encina Muñoz, ADSIS
En este cuarto retiro del itinerario espiritual que estamos haciendo, se nos invita a dar un nuevo paso, la resurrección. Una experiencia vital que nos hace entrar en profundo diálogo con el Señor, en un encuentro personal y comunitario que nos dinamiza y disipa nuestras sombras.
El proceso interior que hemos venido rezando a lo largo de estos meses nos mueve a vivir en un movimiento de entrada y salida, sin orden ni tiempos, más bien dejándonos abrazar y acoger por la gracia del Espíritu que nos permite ir descubriendo cuáles son esos susurros de Dios que nos impulsan a caminar y no quedarnos paralizados a la berma del camino.
Sin inmovilizarnos
Como motivación inicial podemos leer la primera parte de este poema de Mario Benedetti, llamado “No te salves”:
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