Ha habido un tiempo en la Iglesia en que esta palabra “salvación” parecía demasiado espiritualista. Se recurrió a la palabra “liberación”, o a otras...
Nuestra vida cristiana se degrada cuando está anestesiada, cuando “pasa de todo”, cuando renuncia a la profecía. ¡Ojalá todo el pueblo profetizase! exclamó Moisés...
¿Dónde está? Se vende cara. No hay demasiada gente feliz. Ni siquiera en la casa de Dios. ¡Cuántas lamentaciones! ¡Cuántas quejas! ¡Cuántos miedos, temores...