Hay un pequeño texto del profeta Miqueas (6, 8-15) que siempre me ha resultado iluminador: “Escucha, lo que el Señor te pide es tan solo que ames con ternura, que practiques la justicia, que camines humildemente con tu Dios”. A ese caminar humilde, con Dios, inseparable de las otras dos dimensiones, lo hemos llamado de formas muy extrañas, pero quizás la más completa sea “en fidelidad”.
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