Inmaculada Ruiz de Balugera, OSR
Todo ocurre en un espacio y tiempo determinado. Y esta pequeña historia se vivía en Madrid al final del reinado de Isabel II. Corría imparable el tiempo, se recibían con expectación y cierto asombro algunos adelantos que iban a mejorar la vida de los ciudadanos, a la vez que la de algunas mujeres seguiría siendo oscura y penosa.
En octubre de 1862 llega a instalarse en Madrid José María Benito Serra, benedictino exclaustrado y obispo dimisionario de Perth en la Australia occidental.
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