Gonzalo Fernández Sanz
Director de VR
Entre la aparición del primer número de Vida Religiosa el 1 de enero de 1944 y el de la revista Hola el 8 de septiembre del mismo año median solo ocho meses. Ambas publicaciones están celebrando su 80 aniversario. La revista Hola, difundida por medio mundo a través de sus múltiples ediciones en varias lenguas, se ocupa de los famosos. Vida Religiosa se ocupa de los que casi nunca aparecen en primer plano y de las personas consagradas que se dedican a caminar con ellos. Nos sentimos contentos de ser una revista periférica.
En este número de octubre incluimos una separata dedicada a recordar las ocho décadas de nuestra publicación. Hemos seleccionado ocho portadas que constituyen un recorrido visual por ese lapso de tiempo. De un vistazo se puede comprobar la evolución. Contamos también con el testimonio de los cuatro directores que todavía viven. Con ellos hemos reconstruido el servicio que la revista ha prestado a la vida consagrada en todas sus formas durante el período posconciliar. Esperamos seguir haciéndolo durante mucho más tiempo. Nos atrae y nos desafía la idea de acompañar este delicado momento de la vida consagrada con una palabra creyente (que nace de la fe en el Dios que guía la historia), lúcida (que abre los ojos sin miedo a la realidad que estamos viviendo) y esperanzada (que se deja interpelar y consolar por el Espíritu que nos abre al futuro).
Mientras en el hemisferio norte estamos dando los primeros pasos del nuevo curso académico y pastoral, en el otro extremo del mundo siguen saboreando los frutos de la reciente visita apostólica del papa Francisco. Tanto en el encuentro con los consagrados en Yakarta (Indonesia) como en Dili (Timor Oriental), el papa Francisco repitió un dicho de su abuela que sirve para los consagrados de todo el mundo: “El diablo siempre entra por los bolsillos”. El artículo de un misionero que vive en Timor Oriental y que fue testigo de ese encuentro nos ofrece más detalles en este número de octubre.
¿No tendremos que preguntarnos una vez más qué significa el voto de pobreza evangélica en el contexto de las sociedades opulentas? La multisecular historia de la vida consagrada muestra con escandalosa claridad que el declive de esta forma de vida cristiana casi siempre ha estado asociado a la acumulación y al excesivo bienestar, mientras que su lozanía y credibilidad han pasado por la vía de la pobreza y la solidaridad. Es una constante que debiera abrirnos los ojos a la hora de repensar qué nos está pasando hoy y cómo podemos afrontar el futuro. El mismo Francisco nos ofrece una clara orientación: “Sabemos bien que en el corazón de Cristo las periferias de la existencia se encuentran en el centro. El Evangelio está poblado de personas que se hallan en los márgenes, en los confines, pero que son convocadas por Jesús y se vuelven protagonistas de la esperanza que Él nos vino a traer”. Estar cerca de estas personas marginales nos ayudará sin duda a recorrer el mismo camino de Jesús.
Del 2 al 27 de octubre se está desarrollando en Roma la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Son varios los consagrados y consagradas que participan en ella en calidad de miembros, invitados especiales o colaboradores. En el proceso de discernimiento sinodal pueden aportar la singular experiencia de sinodalidad que la vida consagrada ha ido madurando a lo largo de los siglos. Tras un largo proceso de consulta al pueblo de Dios (fase 1) y de discernimiento de los pastores (fase 2), nos acercamos ya al momento de la implementación (fase 3). Los consagrados estamos llamados a superar las reticencias y temores y a apostar decididamente por esta manera de ser Iglesia, caminando junto con nuestros pastores y todos los miembros del pueblo de Dios. Desde la revista Vida Religiosa estaremos pendientes de las repercusiones que el Sínodo tendrá no solo para los consagrados, sino para toda la Iglesia. Y, en la medida de nuestras posibilidades, ofreceremos reflexiones y herramientas que nos ayuden a hacer realidad las orientaciones sinodales.
En el hemisferio norte octubre es un tiempo de cosecha y, por tanto, de acción de gracias. También nosotros queremos recoger los frutos de los 80 años de la revista, de la visita del papa Francisco a cuatro países del sureste asiático y de la sesión del Sínodo de los Obispos. Tenemos indicadores claros para seguir caminando con esperanza.