El escándalo de la Pascua

2
1112

Uno de esos textos paradigmáticos de Pablo, que todos conocemos y citamos de memoria, y que nos vienen de perillas en Cuaresma y Viernes santo, es aquél en el que nos dice, con profunda sabiduría que «la cruz es escándalo para lo judíos y necedad para los griegos». O al revés, que tanto monta…. Es «la locura de la cruz». La cruz que desde hace algo más de dos semanas ha pasado a un lugar secundario, no sólo en la ornamentación de templos y en el color litúrgico, sino sobremanera en los textos pascuales que, -como no puede ser de otro modo- nos presentan cada día y cada domingo la Liturgia de la Palabra. Algo así como «ahora toca hablar de luz y no de cruz, de pascua y no de cuaresma, de vida y no de muerte, estamos de blanco y no de morado». ¡Aleluya, aleluya!

Pues sí, todos lo sabemos: celebramos la Pascua de Cristo, glorificado por Dios de una manera insólita, extraordinaria, pasmosa, inescrutable. Y solapamos un poco la cruz y la muerte para resaltar la pascua y la vida. ¿No se le ocurrió nunca al agudo Pablo, siempre con luz larga, que también la Pascua es, -puede ser- «locura, necedad, escándalo…?   Los textos evangélicos pascuales que proclamamos y meditamos estos días están, sin embargo, cargados de «pascua con reservas», de «resurrecciones con miedo y estupor», de «discípulos alarmados por lo ocurrido», de «dudas tomasinas y racionalistas: ‘si no lo veo no lo creo'», de «pruebas del Resucitado para no romper la conexión inevitable con el Crucificado». Por eso, aunque el hondo y denso Pablo no lo dijera textualmente, (que yo recuerde): la «pascua es escándalo, locura, necedad, salto en el vacío, apuesta antropológica de la fe, contrapunteo insoslayable con la cruz, con la muerte, con el sufrimiento…»

Creer la Pascua es siempre un acto de fe, un acto solamente posible desde la fe. ¿Más que la cruz? Tal vez…. ¡la cruz es más evidente, más diaria, nos enredamos o nos enredan en ella constantemente, basta con encender la tele y estar medianamente informados!: corrupción política, adoslescentes psicópatas asesinos, miles de hermanos/as nuestros/as colapsados en una carrera de obstáculos al país de nunca jamás, suicidios in crescendo, mentiras empeñadas en hacérsenos verdades, dolor, dolor, mucho dolor en demasiados escenarios; en las periferias y en los centros focales del binestar y el consumo. Y desde aquí: ¿cómo creer que la Vida triunfa sobre tantas caras de la muerte? ¿cómo ser testigos de que la titilante candela del nuevo Cirio de cera de abejas es más estrepitoso que la oscuridad de las profundidades del Mediterráneo, el gran cementerio de la vergüenza occidental? ¿cómo creer, -de verdad, no con la boquilla pequeña- en el principio-esperanza, o en el principio-misericordia, o en el principio-humanidad? ¡Si la Pascua no es reto, escándalo, apuesta, confrontación, ponernos contra las cuerdas del ring de la existencia humana, fe en la utopía en un mundo anti-utópico…. si no es eso, y mucho más, entonces, ¿qué es?.

No es sencillo creer que Cristo está vivo, «en el corazón del mundo», y «en medio» de nosotros; ¡no lo fue para Tomás ni para la gran mayoría de apóstoles y discípulos! La Pascua es un atrevimiento, un atentado a la racionalidad de la Razón pura y dura que sólo el Espíritu nos empuja a digerir. Cada año, y cada día, nos invita a ese esfuerzo titánico de la fe que nos impulsa a creer -esto sí es de Pablo- que «si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe». Inquietos ante una Pascua más, que no puede ser frívola ni buenista, folklórica y «linda», triunfalista e ignorante de su caldo de cultivo humano, no nos resta más que pedir: «Señor, creo, pero aumenta mi fe en la Pascua».

2 COMENTARIOS

  1. No es fácil vivir en Pascua, vivir con la FE en JESUS RESUCITADO, VIVIR POR LA PASCUA, SER PASCUA. Nos hemos acostumbrado a la Cruz de cada día y no vemos la LUZ que nos ilumina. ¡Cuántas pocas noticias cada día y cuántas malas noticias comentamos y escuchamos todos los días! Pero ¿buscamos las buenas noticias? ¿buscamos lo positivo de cada día? Somos pesimistas. Ya hace tres días…y ya vez… Ayer me dijeron que tenia un cáncer, esta mañana han matado a alguien, han cogido a… nos ha engañado, ha muerto… qué malo que hace hoy…Sin embargo LA PASCUA ESTÁ AHÍ. SOMOS PASCUA SI PESE A LOS FRACASOS LUCHAMOS, SI SONREIMOS…SOBRE TODO EN LOS GESTOS Y HECHOS DE AMOR. San pablo no dice nada del escánadalo de la Pascua, pero dice SI CRISTO NO HA RESUCITADO ESTAMOS HACIENDO EL TONTO…VANA ES NUESTRA FE. Y claro es un poco escánadalo vivir con esta FE porque esta FE en CRISTO RESUCITADO ANIMA NUESTRO CORAZON CADA MAÑANA. ¡Por eso te digo, ¡claro que ha resucitado y que resucita en tantas buenas noticias, en tanto amor derramado, en tanta sonrisa, en tantas ganas de vivir que hoy te transmito! ¡Seamos optimistas y vivamos con la alegría de la luz, del amor, de ser Pascua cada día!

  2. Gracias Jesús. Razón tiene J.PASCUAL ,cuando comenta que tenemos que vivir la Pascua a diario , porque si la resumimos en cuatro dias concretos , nuestra vida de Fé cristiana seria un pequeño fracaso . No podemos tener una Fé a medias , ser cristianos a medio gas , intentando echar las culpas de todo, hasta del tiempo a Dios y los pensamientos negativos son de denominación puramente nuestra . Estos comecocos de autoculpabilidad que llavamos a rastras , son incurables sino le encontramos un sentido a nuestros errores como humanos .

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí