El escándalo de la cruz

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Estamos en días de cruces y crucificados, de «pasos» y Dolorosas enlutadas y lacrimógenas. Días de procesiones insólitas en una tierra en buena medida descristianizada. ¡Paradojas de la religiosidad popular! Atascos en las carreteras en un éxodo desesperado para romper la rutina y la monotonía de los días acumulados. Huída del frío, de la nieve, de los cielos grises del eterno invierno siempre empecinado en succionarse la primavera. La Semana Santa, acotada y reducida a los restos religiosos de un catolicismo cada vez más concentrado en pequeños grupos, en fes auténticas y añosas, en curas y frailes cada día más agrietados por el paso de los años. Pero aún así, «gracias a Dios», todavía este año también -un año más- los cristianos fieles seguimos celebrando los grandes misterios que cimentan nuestra fe de discípulos del Señor muerto y resucitado.

Y la cruz, obviamente, vuelve a ser protagonista, o, al menos, coprotagonista, de estos días santos e innegociables. La cruz -desde que lo dijo Pablo lo decimos todos- es «escándalo y necedad». O sea una locura, «la locura de la cruz». Y se nos confronta con ella; nos guste o no. La cruz es inevitable. Pero no sólo en la muerte del Nazareno torturado y victimizado injustamente, sino en millones de seres humanos. Basta acercarse a los telediarios, a la prensa, a las redes… ¡Vivimos en un mundo lleno de crucificados! No es necesario ir a las vías o callejas que dan entrada y salida a ciudades y pueblos; las cruces de hoy menudean en los campos convertidos en «campos de batalla», en los Alpes sembrados de horror, en los museos donde el arte se tiñe de rojo sangre, en los hospitales africanos de campaña donde continúa el ébola (aunque ya aquí lo hayamos olvidado). Nuestro mundo, nuestro querido y único mundo, está plagado de cruces y crucificados; al menos o «al más» en múltiples escenarios ya no tan lejanos a nuestra geografía. ¿Siempre fue así? Es posible que sí. Pero éste es el tiempo y el espacio que nos toca vivir. Y también éste, como en el primer viernes santo, es «tiempo de misericordia» a pesar del silencio adjudicado a Dios, a pesar del gran grito del Calvario, el grito humano más estentóreo, actualizado y humano de cuantos gritos desgarradores hayan salido de las gargantas humanas: «Eloi, Eloí…»

¿Cómo hablar de la cruz hoy? ¿Cómo «vender» la cruz en este supermercado del bienestar, el despilfarro, la desigualdad, el «sálvese quien pueda», la corrupción denigrante, y la huída frívola hacia el consumismo, el placer y la ignorancia culpable? ¿Cómo anunciar hoy a «Cristo muerto y resucitado»? Hay que hacer malabarismos teológico/pastorales para «predicar» un instrumento de muerte atroz que termina siendo el único camino de vida. No se trata de magia potagia, ni de supercherías de birlibirloque; se trata, fundamentalmente, de asumir el dolor humano en todas sus modalidades y marcas, de exorcizar el Mal con el antídoto del Anti-Mal, que es Dios (Torres Queiruga). La cruz de Cristo es siempre colectiva, es siempre una colección desgarradora de pequeñas y grandes cruces, de absurdas y rompedoras cruces de millones de personas. Cristo es el Hombre, y la Mujer, y el joven, y el niño, y hasta el Universo preñado de destrucción. Escándalo, sí, para romanos y para nosotros; todavía hoy. No se equivocaba Pablo, pero tampoco ni griegos ni judíos.

Pero hay otro escándalo mayor: el de la vida. El de la Pascua. Eso será el domingo iniciático.

2 COMENTARIOS

  1. La locura de la CRUZ es la locura del AMOR Y DE LA VIDA.
    Esta Cruz que llega al Calvario, pero no termina ni se inicia ahí… tiene este Arbol, este madero su significado más profundo en el amor entregado de Dios… No podemos entender la Resurreción sin entender el Calvario y la Cruz. Mirad qué amor nos ha tenido Dios que nos ha entregado a su Hijo… y en ese amor está la raíz del cristiano, y en el madero el sentido de la muerte y de la vida… Si tuviéremos fe como la tuvieron tantos que nos han precedido cuánto sentido a nuestras muertes, a nuestra vida puede dar la Cruz, una cruz que no está aislada, que pudo ser otra forma de muerte pero entonces la Cruz era el símbolo de la peor muerte, la muerte del ladrón y criminal…¿nuestro Dios un criminal? este interrogante nos lleva a entender las paradojas de nuestra vida… en las dificultades y la muerte del inocente renace la esperanza de compartir y entregarse por los demás:
    y ES QUE LA MUERTE ES SIGNO DE AMOR…El nos amó primero. No es posible nos decimos pero la CRUZ ES SIGNO DE VIDA
    LA CRUZ ES SIGNO DE VIDA, ES EL ARBOL DE LA VIDA: En ella murió Cristo para hacer la PASCUA y pasar a la vida… pasó de la Cruz a la muerte y de la muerte a la resurrección. Él es el Crucificado que vive y desde la muerte entendemos el sufrimiento, la misma muerte y desde la muerte entendemos la vida… El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros m colgasteis de un madero,… y con su muerte y resurrección otorgó al pueblo el perdón de los pecados…
    Cristo con su muerte venció a la muerte y por eso es signo de vida… Predicamos a Cristo crucificado… escándalo para muchos pero fuerza y sabiduría de Dios…

    Finalmente nosotros tenemos que ser discípulos de Cristo:
    Tomar la cruz y lo que simboliza , pero llevarla juntos.
    El que quiera seguirle que tome su Cruz… libremente pero con ganas.
    Y desde aquí aprender a dar la vida compartiendo, ayudando, superando las dificultades del camino en el amor. No un amor posesivo sino un amor entregado, f irme unido a Jesús: permaneced en mi amor, agarrados al árbol de la vida para que vivamos para siempre. Sólo así podremos afrontar el sufrimiento y seguirle.

  2. Gracias Jesús. La Cruz es el simbolo que une a los Cristianos , es lo mas referente a la muerte dentro de nuestra vida , poque si Jesús entrego su cuerpo en la ultima cena y a partir de ese monento lo tenia muy claro lo de morir en la Cruz , creo que no sufrio tanto, porque lo hacia por todos nosotros , con algunas dudas en sus ultimos minutos , cuando clamaba al Padre. Jesús fue el primero en sorprenderse, al resucitar al tercer dia .El en su gran vida entre nosotros , fue tentado como todos nosotros , por eso lo de las dudas .Pero al final el triunfo sobre la muerte perdura para siempre.

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