Dolores Aleixandre
Sagrado Corazón de Jesús (Madrid)
Seguramente todos hemos jugado de niños a hacer que tocábamos un instrumento imaginario al son del “cada cual, que atienda a su juego”. Cuando el que dirigía cambiaba de instrumento, los despistados seguían tocando el anterior y había que pagar prenda. Lo he recordado al leer estas palabras de León XIV sobre el cónclave: “Pudimos sentir la obra del Espíritu Santo que fue capaz de armonizarnos, como instrumentos musicales, para que nuestros corazones vibraran en una sola melodía”. Login To Unlock The Content!This content is locked