Luis A. Gonzalo Díez, cmf
Director de VR
Hay situaciones que por más vueltas que le demos no tienen curación. Los cuidados paliativos sirven para sostener y «cuidar» el hilo de vida que todavía hay. El tiempo y la energía dedicados al análisis de la disminución numérica y al envejecimiento de la vida consagrada –ciertamente alarmante– no nos conducen a un segundo más de vida con plenitud
El momento actual –tantas veces reiterado– es particularmente paradójico. Conocedores de las necesidades descubiertas (y, a veces, encubiertas), pareciese que no acabamos de encontrar pistas para ponernos en una tesitura serena de reconstrucción, tensión evangélica y alegría vital. Es manifiesto que emerge con fuerza una necesidad que es una reflexión y cuidado significativo del liderazgo. Ha de ser: cuidado, significativo y, por mucho que cause escozor todavía, que busque y afirme un liderazgo ciertamente inspirador. Quizá despejando esa incógnita, propiciando líderes que efectivamente lo sean, se consiga desencadenar una «cadena de gracia» que levante el ánimo y la visión.
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