Ungida:

0
1032

Antes de entrar en la liturgia del triduo pascual, la Iglesia, reunida en torno al obispo, celebra la Misa crismal. En ella, el obispo consagra el Santo Crisma, y bendice los óleos con que han de ser fortalecidos los catecúmenos y los enfermos.

Para entrar en el misterio de estos signos sacramentales, fíjate en el que es la verdad de todos los sacramentos, vuelve los ojos al Ungido, y guarda en el corazón lo que veas en ese espejo de tu propio misterio que es Jesús de Nazaret.

Observa quién lo ha ungido. Lo dice el profeta: “El Señor me ha ungido”. Lo proclama Jesús en la sinagoga de Nazaret: “Él me ha ungido”. Esto es lo primero que has de guardar dentro de ti: Es Dios quien ha ungido ha Jesús; y es el Dios de Jesús el que te unge a ti como lo ungió a él.

¿Cómo fue ungido? Jesús fue ungido con la efusión del Espíritu Santo. Así lo había dicho el profeta: “El Espíritu del Señor está sobre mí”. Y Jesús lo declaró cumplido cuando dijo: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Él fue ungido con Espíritu Santo, y con el mismo Espíritu son ungidos los que son de Jesús, los que forman su cuerpo que es la Iglesia.

¿Para qué fue ungido? El profeta había dicho: “Para dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos”. Y el evangelista lo entendió así: “Para dar la Buena Noticia a los pobres”.

Con ser grande el misterio al que nos hemos asomado, no pienses, sin embargo, que lo hemos agotado, pues aún has de nombrar los dones con que Dios enriquece a aquellos a quienes unge, pues, ungida tú, Iglesia santa, como Jesús, y unida a tu Rey y Señor, eres un pueblo de reyes, unida al Sumo Sacerdote de la nueva Alianza, eres un pueblo de sacerdotes, unida a la Palabra de Dios hecha carne, eres un pueblo de profetas.

Si puedes decir con Jesús, “el Espíritu del Señor está sobre mí, me ha ungido, me ha enviado a dar la Buena Noticia a los pobres”, ya sabes cuál es el misterio del crisma y de los demás óleos sobre los que el obispo pronuncia oraciones de consagración y de bendición: Son signo del Espíritu con que Dios nos unge, y memoria permanente de la misión que Dios nos confía.

Has sido ungida, con el signo de los sagrados óleos, con la verdad del Espíritu Santo, para ser enviada por tu Dios con la Buena Noticia a los pobres.

Sin el Espíritu de Dios que te envía, y sin los pobres a los que eres enviada, quedaría sin sentido el misterio de tu unción.

Feliz comunión con el Ungido.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí