En la Vida Religiosa seguimos teniendo la asignatura pendiente del servicio de autoridad y del liderazgo, pero a veces se nos olvida lo esencial que, precisamente esta hermana con demencia senil tiene tan claro. Estamos llamadas a “ser las que cuidamos” a quienes tenemos cerca, seamos o no superioras. Dentro o fuera de nuestras comunidades, somos invitadas a proteger sin paternalismos para sacar a la luz la mejor versión de los demás, a imagen de Aquel que no deja de cuidarnos.
Ojalá no se nos olvide con esa especie de Alzheimer selectivo que deja escapar lo importante mientras atiende a lo urgente