TRES ACTORES, UN CAMBIO: SOCIEDAD, IGLESIA Y VIDA CONSAGRADA

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(Juan Ignacio Villar, Pasionista). Soy un hombre de esperanza.

Vivo esta etapa de Pandemia con naturalidad y calma.

Reconozco que he gozado del “Tiempo del Confinamiento” en mi pueblo, en mis raíces. ¡De hecho quiero volver!

Me considero un privilegiado al disfrutar de 100 días donde fui niño (perdona que no me disculpe por gozar, cuando tantos han sufrido y han muerto).

Sí, un lujo que me ha traído descanso, preguntas y ando “a vueltas” con las respuestas…

He CREÍDO que el mundo y la sociedad (planeta tierra) entraban en un tiempo de cambio y transformación sin precedentes y que todo eso iba a repercutir en el valor de la DIGNIDAD HUMANA Y SU DIMENSION ESPIRITUAL. ¡No, no lo creo!

He PENSADO que la Iglesia tenía la oportunidad de renovar la vivencia del Evangelio, reconociendo y descubriendo la ESENCIA E IDENTIDAD DEL MAESTRO. ¡No, no lo veo!

He SENTIDO que la Vida Consagrada quería y podía dar un paso significativo desde una PROFECÍA más práctica, un DISCIPULADO más cercano y un vivir MISIONER@ más humano. ¡No, no lo siento!

Por ello me provoco estas “alarmas” y me invito y te invito a soñar o a despertar…