SILVIO BÁEZ ESTARÁ EN EL SIMPOSIO DE VR

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Mons. Báez: «no hay vino cuando falta el respeto de la dignidad de la persona»

(Vaticannews.va /Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano). Ayer, el auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Mons. Silvio Báez, presidió la Santa Misa en la comarca Esquipulas, a 12 kilómetros de Managua. Durante la misa, el religioso recordó el pasaje bíblico de las bodas de Caná, y afirmó que hay «sociedades en las que falta vino, como la nuestra actualmente. Falta vino cuando en la sociedad hay miedo, cuando se impone el discurso mentiroso y amenazador, cuando no hay libertad y no se respeta la dignidad de la persona»

El obispo también dijo que faltaba vino «porque hemos llorado a tantas víctimas de una represión irracional, porque falta la serena y humilde voluntad política de quienes tienen el poder para sentarse con buena voluntad, escuchar y dialogar», y a buscar salidas pacíficas a la crisis. Falta el vino. Sigue faltando el vino porque hay tantos nicaragüenses presos y en situaciones inhumanas por motivos políticos, otros en el exilio, gente sin trabajo, familias que lloran, añadió Mons. Y dijo que este ha sido un tiempo en el que nos hemos descubierto como una sociedad triste, oprimida, enfrentada y pesimista porque falta el vino.

Todo lo que Él les diga, Háganlo

Y La Virgen María pronuncia una frase que indica el camino por seguir. “Todo lo que Él les diga háganlo”, el prelado dijo que La Virgen nos pide hacer lo que Cristo nos dice: creer en el Evangelio y practicarlo. Y las ánforas vacías del corazón se llenarán. De vacía a llenas, de triste a feliz. Jesús pone amor en la religión, esas tinajas duras, frías, vacías, representan el corazón duro y entristecido de tantas personas que no son capaces de rebajarse, y pensar en la vida y en la dignidad de los demás, dijo el auxiliar de la Arquidiócesis, son como tinajas de piedra. Y representan también a quienes viven la religión como un peso que agobia o ya no tienen fuerzas para cambiar algo o volver a empezar.

Siguiendo con su homilía sobre el Evangelio de ayer, el prelado dijo que Jesús manda llenar de agua esas tinajas, no saca el vino de la nada, el vino que saldrá de esas tinajas sale del agua de los siervos echaron en las ánforas. Al respecto, pidió a los presentes que de lo poco que cada uno puede hacer, de la vida que te permite hacer, hay que hacerlo, pero hagan algo, dijo. Es necesario colaborar con nuestra agua, con nuestra humanidad, con nuestra voluntad, con nuestra pobreza. Y de esa agua de nuestra humanidad, el sacará un vino nuevo y bueno, el mejor.

Un mensaje de paz

Ese vino, dijo Mons. Báez, es el vino de la vida y de la esperanza, pero hay que llenar las tinajas de buena voluntad, de atención amorosa de lo que ocurre a los demás. “Llenarlas de acciones sencillas pero que nacen del corazón. Y de allí sacará Jesús un vino nuevo. Jesús es el fermento de una nueva humanidad, también a nivel social. Su persona, su vida y su mensaje nos da fuerzas. Y nos ayuda a inventar nuevos caminos para conseguir la paz, nos da fuerzas para que nos encontremos sin ofendernos, ni aniquilarnos mutuamente”. Su vino nuevo, dijo por último,  puede hacer brotar la justicia y la fraternidad. El respeto a las personas y una esperanza fuerte que no debe nunca apagarse, en que todo puede ser distinto y mejor en nuestra sociedad.