MÍSTICOS DESDE LA REALIDAD DEL MUNDO Las sesiones de la 40 semana de vida consagrada siguen profundizando en la misión y mística de los consagrados. El jueves día 28 pudimos comprobar cómo la mística está en el arte: Carlos Pereira, Redentorista y Marcos Rincón, Franciscano… nos dejaron su testimonio vital. Cómo Dios anima y sostiene aquellas experiencias que alimentan las palabras que emocionan el corazón de la humanidad. Ya por la tarde, Antonio Sánchez Orantos, Claretiano y Martha Zechmeister, de la Congregación de Jesús, trataron aspectos tan nucleares como la “mística de la misión”. Antonio, centró su reflexión en la llamada a amar la realidad y a integrarla desde una lectura fundante de Dios. Superar así dos dramas de nuestro tiempo; por un lado la dispersión y por otro la ideología. Zechmeister nos dejó un discurso duro y muy incisivo. De formas frágiles, sin embargo, comunicó energía al auditorio. Sus palabras no sólo reflejaron bien lo que estamos viviendo, sino que apuntó cauces de salida para la situación actual. Es cierto que estamos viviendo un proceso de muerte, apuntó… “la cuestión está en la calidad con la que estamos viviendo este proceso de muerte”. Sólo nacerá una nueva vida religiosa, dejando que brote y nazca .
El día 29, viernes, entramos en la mística del dolor. Pilar Samanes Hermana de la Caridad de Sta. Ana y Francisco Álvarez, Religioso Camilo nos ayudaron a hacerlo con dos propuestas creativas y lúcidas. Como en tantos momentos de la semana, volvimos a oír que en toda experiencia, en todo contexto es posible la relación con Dios, de manera particular en ámbitos de dolor. Paola Zavatta, seglar y teóloga italiana y José María Bautista, seglar, responsable del programa Escuela y Familia de Fere-Ceca fueron los encargados de las ponencias de la tarde. La primera desarrolló la teología del sábado santo como el contexto de la vida consagrada de este tiempo. Una propuesta profunda, intensa y necesaria. Hay muchos signos de muerte y silencio; nuestros institutos viven una cierta vuelta al pasado y, éste, ya pasó… y esa vuelta es fruto del miedo. Sin embargo el sábado santo nos invita a una esperanza mística, a esa confianza en lo que no controlamos y dominamos… porque la conclusión del sábado santo, es la vida y está en Dios…como el futuro de nuestras instituciones. José Mª, por su parte, intervino proponiendo un cambio de mentalidad para entender y amar nuestro tiempo. La pregunta no es por qué no hay vocaciones; sino, si hay congregaciones que dialoguen y entiendan los cambios de paradigma que vive nuestro contexto.