«La vida consagrada tras las huellas de la belleza» es el título de la semana nº 46 del ITVR. Una edición que, como en años anteriores, marcará el «por dónde» de la reflexión y la vida de buena parte de la vida religiosa. Probablemente el encuentro más significativo de reflexión y pensamiento compartido sobre la teología de la vida consagrada.
Esta edición, centrada en la belleza como un camino real de innovación y transformación de la vida consagrada, contará con una buena selección de autores y autoras. Entre ellos, y solo por citar algunos, Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, José Cristo Rey y Pedro Sarmiento, profesores del ITVR y miembros del consejo de dirección de la Revista Vida Religiosa y Mariola López Villanueva, religiosa del Sagrado Corazón, autora de la sección «Regalarnos una tarde» de la revista.
En tiempos eminentemente prácticos como los nuestros, los consagrados podemos ofrecer el signo alternativo de la belleza, el solo Dios. La vía limpia que conduzca a nuestra sociedad a un encuentro libre y gratuito; poético y transformador con quien es el autor de la vida, del progreso, de la conversión y la esperanza. La vida consagrada está llamada a conquistar aquella parcela de libertad que por ser limpia y expresiva, se convierte en una utopía que arrastra más allá y por encima de cualquier pasión ideológica.
En el tríptico que ofrece la convocatoria, podemos leer: «La Vía de la belleza, a partir de la experiencia simple del encuentro con la belleza que suscita admiración, puede abrir el camino a la búsqueda de Dios y disponer el corazón y la mente al encuentro con Cristo, Belleza de la santidad encarnada, ofrecida por Dios a los hombres paras su salvación. Esta belleza sigue invitando hoy a los «Agustines» de nuestro tiempo, buscadores incansables de amor, de verdad y de belleza, a elevarse desde la belleza sensible a la Belleza eterna y a descubrir con fervor al Dios santo, artífice de toda belleza.»
En nuestra página web y en el número de mayo, amplia información de las Jornadas.
