miércoles, 1 mayo, 2024

Santos y difuntos

En medio de disfraces de monstruos y calabazas, de colores ocres en muchos árboles y atardeceres que se van adelantando en minutos, nos encontramos, sin saber muy bien cómo, con nuestros seres queridos fallecidos y con la compañía de los santos y santas anónimos.

Es una sensación agridulce, entre la ausencia y la presencia. Entre la paz profunda y un desasosiego que inquieta las profundidades de nuestras entrañas. Entre la certeza de lo caduco y la eternidad de los amores.

En todo ello está el Dios de la Vida que se manifiesta y se oculta al mismo tiempo. También descubrimos a ese Jesús de duelo con lágrimas por Lázaro y a ese otro de palabra que hace añicos a la muerte todopoderosa: «Tu hijo no está muerto, está dormido».

Silencios y palabras. Vida y muerte. Tristeza y alegría. Todo entrelazado en la mezcla maravillosa de lo que somos y seremos, de los que fueron y son.

Print Friendly, PDF & Email
- Advertisment -
Artículo anterior
Artículo siguiente

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

DEBERÍAS LEER

Todos eran Tomás: todos somos Tomás

0
Según el evangelista Lucas, en eso de no creer en la resurrección del Señor, todos los discípulos eran Tomás, todos andaban tan necesitados de...

Memoria y eucaristía

VIENTO DE LIBERTAD

Síguenos en Twitter