Pensando en voz alta, Seán D. Sammon
Cinco perfiles para la Jornada de la Vida Consagrada: Ceferino Calvo, Otilio Largo, Loli Cobos, Ianire Angulo y Antonio M. Quesada
Noticias
Desde el corazón de la ciudad, José Miguel Núñez
Retiro:¿Quién no soy yo? (Jn 1, 19-34), Mamerto Menapace
Galería de Ancianos: «Jeremías: que el Señor levante», Ángel Aparicio
La administración de los bienes en tiempos de crisis, Fernando Torres
Formación de calidad, sólida formación humana (III), Jesús Mª Palacios
Las revistas de vida consagrada, mirando y preparando el mañana, Pedro M. Sarmiento
Regalarnos una tarde, Mariola López
Lecturas recomendadas, Francisco J. Caballero
La vida comunitaria es fácil de definir en abstracto. ¡Qué difícil es darle estructura y forma en las circunstancias concretas de la vida diaria!
A lo largo de la historia de la vida consagrada se han usado varios modelos para ayudarnos en esta tarea. Fueron útiles en su tiempo, pero la mayoría parecen ser de poca utilidad hoy en día. Algunos grupos, por ejemplo, pensaron en la vida de comunidad como si ésta fuera una familia. Tomaron varias imágenes de la Sagrada Escritura y la tradición para apoyar esta perspectiva…
“El ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo: ¡Levántate y come! que el camino es superior a tus fuerzas (…) Después del viento vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto vino un fuego, pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se oyó una brisa tenue…” (I Re 19, 7. 11-13).
La experiencia de Elías ilumina nuestra propia experiencia como consagrados. Porque finalmente, también a nosotros el camino nos sobrepasa. No nos bastan nuestras fuerzas. Ni son suficientes nuestros subterfugios ni nuestras escapadas hacia adelante…
Quiero ir a ver la película “De dioses y hombres”, me han comentado que es muy buena, que nos ayudaría para hacer con ella un retiro comunitario. Narra la vida de los monjes cistercienses del monasterio de Nuestra Señora de Atlas, en Tibhirine, Argelia, desde el año 1993 hasta su secuestro y martirio: “Hemos asesinado a siete monjes”, decía un comunicado de la GIA (Grupo Armado Islámico), el 21 de mayo de 1996, era el fin de un largo secuestro de dos meses y el comienzo de una fecundidad insospechada…