Mantener en tensión

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Me resultan muy elocuentes los telares de artesanía, donde millones de hilos se entrecruzan, hasta mostrarnos la “belleza coral” que brota de unas manos laboriosas, y de unos dóciles hilos que se dejan guiar, según el diseño del artista.

De sobra sabemos todos que en un entramado textil, la urdimbre es el conjunto de hilos longitudinales que se mantienen en tensión en un marco o telar, para diferenciarlo del hilo insertado sobre la urdimbre, y bajo ella, que se llama trama o contrahilo. Cada hilo individual de la urdimbre se mantiene bajo tensión continuamente durante el proceso de tejer, por ello el hilo debe ser fuerte y resistente.

De igual manera, en el tejido de la vida existe una urdimbre o hilos longitudinales- que han de mantenerse en tensión en el telar de la existencia, para dar cabida acertadamente a las múltiples “tramas”, o hilos verticales, sin que se deshaga el tejido existencial, que ha de ser de una sola pieza.

En el caminar de los años, descubro que necesitamos un corazón sabio para descubrir estos hilos vitales y mantenerlos en tensión en el telar del día a día. En el continuo ir y venir de los quehaceres diarios se nos pueden quedar ocultos estos hilos, o al menos no visible su belleza, por eso hay que rastrearlos y redescubrirlos una y mil veces.

Os propongo a través de estas líneas un camino de sabio y sencillo, donde -en lo cotidiano que nos toque vivir- descubramos nuestra vida como un tapiz donde se entretejen urdimbre y trama. La urdimbre ofrece los hilos que sirven de soporte al tejido, por eso iremos viendo los hilos que soportan nuestra existencia. La trama, por su parte, se cruza y enlaza con los hilos de la urdimbre para formar la tela, dándole detalle y colorido. La vida tiene también una trama, que se construye poco a poco, según los compases de una presencia, una pertenencia y un camino hacia la plenitud existencial.

Estoy convencida, cada uno de nosotros somos una obra maestra de la creación y de la historia, tejidos pacientemente cada día con una urdimbre y una trama. Pero sólo gracias a esta estructura de conjunto resulta un tejido armonioso y pleno de belleza.