El trabajo de Eleonora Fabião nos ofrece una reflexión antropológica sobre cómo funcionan nuestras relaciones. Es como un espejo de lo que siempre sucede de manera invisible en el encuentro entre los seres humanos (y de lo que no nos damos cuenta). De hecho, incluso cuando nuestro objetivo al salir de casa para enfrentar el día no es intercambiar todo lo que llevamos con nosotros, la verdad es que siempre sucede y de una manera sorprendente. Si lo que intercambiamos entre nosotros a lo largo de nuestro día se concretase en nuestra vestimenta, volveríamos a casa con un traje completamente diferente. Porque la vida no es una cápsula que nos mantiene intactos, como pensamos: la vida es intercambio, circulación, intercambio, transacción, transferencia y metamorfosis. Nuestra identidad no es la pureza original de nosotros mismos, sino que somos lo que recibimos de los demás, somos la expresión del don. La vida es este regalo continuo, un trayecto siempre sorprendente y siempre nuevo. Es muy necesario tomar conciencia de la calidad de la relación que tenemos, nuestra verdadera disposición a dar y las barreras que tenemos que romper para aprender a recibir.