Lo miró con cariño

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Quizás sólo Jesús podría mirar como él lo hacía. Mirando el interior de cada uno y creyendo en la persona.

Un creer en el otro aunque sepa que la respuesta puede ser negativa como es el caso de hoy.

Esa persona que sabe que no puede vender lo que tiene porque depende de lo que tiene, como muchos dependemos.

Aún con todo sigue haciendo la apuesta por los demás, por nosotros. Recordándonos lo esencial: que es más ser que tener. Que es más ayudar que recibir. Que es más confiar que sospechar…

No se trata tanto de ser bueno (solo lo es el Padre) sino de ser generoso en lo que esencial, en darse y darnos.

Y Jesús sigue mirándonos con cariño porque sabe que nos cuesta darnos, porque es muy difícil vender todo y confiar.