“¡La habitación está vacía!” Juan Carlos a nuestra diez veces “madre” Rosario Paredes Checa

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El pasado viernes, 13 de septiembre, nos dejó Rosario Paredes. Es la madre de diez hijos. Dos de ellos, José Cristo Rey (Claretiano) y Esperanza García Paredes (Hermana de la Caridad de Sta. Ana), de la familia de la Revista Vida Religiosa. Son incontables las muestras de cercanía y adhesión. Desde la web de Vida Religiosa nos sumamos a la acción de gracias por la vida de Dª Rosario Paredes Checa. Así nos lo cuenta Pepe García Paredes en su blog:

Ha sido como una semana santa. El domingo pasado, comenzó la última pasión. El lunes tarde dejó su casa y  fue llevada en camilla a la habitación 324 del hospital. Nos alertan los médicos. La despedida será inminente. Es necesario que hijos, hijas y sobrinos y sobrinas nos reunamos cuanto antes. “La Mamá te espera…ven enseguida”. Dicen que la Virgen reunió a los Doce en Jerusalén antes de “irse”. Y llegamos a tiempo para acompañarla en su semana santa. Y el viernes santo, 13 de septiembre, hacia las cinco de la tarde exhaló su último suspiro, siendo todos testigos de aquel adiós y enlazados en oración y acción de gracias por ella. Aquella tarde, y aquella noche, y aquel amanecer, su Cuerpo fue para nosotros, hijos, hijas, nietos y biznietos. Y el Misterio nos envolvía y serenaba. Y llegó el sábado santo… Una humilde procesión la llevó hasta el Tanatorio. El intérprete de ese viernes y sábado santo fue mi hermano más joven, Juan Carlos. ¡Qué buen intérprete de lo que sentimos! Aquí reproduzco su poema a nuestra “diez veces madre”.

La habitación está vacía,
y sin embargo ellas oyen tus sueños,
sienten tu respiración,
ven tu mirada.

Y es que aún es pronto para recordarte,
para hablar de que tenías muchos miedos,
miedo a la guerra,
a los truenos,
a los pasos perdidos y los silencios eternos,
a las noches oscuras,
siempre miedo,
miedo a equivocarte o a acertar,
miedo a la soledad,
tú que nunca estuviste sola,
que siempre estuviste con nosotros,
día y noche,
cerca y lejos.

Yo te llamo madre y no mamá,
sabiéndome predilecto tuyo,
o creyéndomelo yo,
presumido como tú,
risueño, como tú,
optimista, como tú.

Pero sigo pensando que aún es tarde para que te recordemos
cada uno de nosotros tus hijas e hijos,
que también se consideran predilectos,
porque solo era ayer cuando acariciábamos tu fina piel,
alineábamos sutilmente tus cejas,
mesábamos tu cabello suave y blanco,
y te halagábamos con tu belleza,
tu elegancia,
tu musicalidad.

Aún es pronto para pensar que nos has dejado,
un poquito solo, no mucho,
lo suficiente como para que mañana no te podamos volver a regalar
tu colonia preferida,
un pañuelo que te haga presumir,
el vestido del color que más te va,
la humilde joya que alegra tu gargantilla.

Y aunque todavía es pronto para recordarte, yo me alegro,
de que ya vivas otras vidas,
de que dejes tu pasado lastimero, el daño que sufriste, la injusticia de tu desprecio, el olvido que fuiste.

Tú, que tanto amas,
que siempre perdonas,
que transformas el rencor en luz, calor, vida.

Sí,
definitivamente creo que aún es pronto para recordarte.