Un relato del Espíritu. La vida consagrada postconciliar, Publicaciones Claretianas, Madrid, 2011, 301 pp.
Desde un profundo conocimiento y afecto a la vida religiosa, el P. Aquilino Bocos Merino, presenta un exhaustivo análisis de los 45 años de postconcilio. La recepción, puesta a punto y renovación de la vida religiosa a la que invitaba el Vaticano II se ha realizado de manera desigual en los diferentes institutos religiosos, pero si queremos comprender la situación actual, necesariamente, hemos de conocer cómo se ha vivido este proceso renovador de los últimos años, que es –enfatiza el P. Bocos– un relato del Espíritu dentro de la historia de la Iglesia.
En una breve introducción, el autor esboza la armazón sobre la que va a apoyar su tesis e invita a vivir, con alegría y entusiasmo, los abundantes dones que derrama el Espíritu sobre su Iglesia… y “nada de nostalgias. Los tiempos mejores están siempre por venir”.
El libro presenta una estructura en dos tiempos, el primero evoca los hechos que considera más significativos de la vida religiosa y las intervenciones del Magisterio Pontificio, con respecto a la misma, en los últimos 45 años. En esta parte contextualiza, en la historia y en la teología, estos acontecimientos ofreciendo una mirada amplia y abierta de hitos como la Evangelii nuntiandi, Mutuae relationes, el nuevo derecho de los consagrados, el Sínodo de 1985, el laicado, Redemptoris missio, Vida fraterna en comunidad, el Sínodo sobre la Vida Consagrada y Vita Consecrata, la refundación… y termina con un análisis del momento actual y un interrogante: ¿A dónde nos lleva el Espíritu?
En la segunda parte hace un balance del proceso de renovación vivido, “Entre luces y sombras”, y resalta aspectos que ayudan a matizar o completar el camino realizado, señalando como protagonista y guía en todo momento al Espíritu Santo.
En esta parte el autor no evita las cuestiones más candentes que conlleva este proceso de renovación como la incertidumbre sobre la propia identidad, la huída ante la complejidad, el neognosticismo, el voluntarismo, la carencia de vocaciones… ni las más luminosas como el misterio, la comunión, la misión… el diálogo, la participación… y los signos de novedad que se han dado en la vida consagrada postconciliar. Concluye con el interesante capítulo “El proceso sigue abierto” y con tres afirmaciones y convicciones además de un apéndice con tres escritos de carácter oracional.
En definitiva, podemos concluir, que esta obra es buena muestra de una autoridad en la renovación postconciliar de la vida religiosa. El P. Aquilino Bocos es un hombre de síntesis; conjuga la experiencia de gobierno, la reflexión sopesada y el ministerio de acompañamiento de innumerables congregaciones que están viviendo este apasionante tiempo de reor-ganización.
Este libro se convierte en imprescindible para conocer nuestro pasado más reciente y vislumbrar nuestro futuro más cercano.
Francisco J. Caballero, C.Ss.R