DOLORES ALEIXANDRE

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Estoy contento. La conferencia de religiosos de España (CONFER) ha anunciado que el ‘premio carisma’ Formación y Espiritualidad es para Dolores Aleixandre, RSCJ, teóloga y licenciada en Filología Bíblica, por su compromiso como mujer consagrada en el ámbito de la Teología y la Pastoral. Sé que este premio no añade un gramo a la inmensa valía de Dolores, siempre sensata, mujer, consagrada y esperanzada. Sé, también, que este ‘premio carisma’ no resta valor a la infinidad de mujeres consagradas que cada día “beben esperanza” de las palabras, siempre iluminadas, conscientes y con buen humor, de la teóloga Dolores Aleixandre.

Por eso y muchas razones más, me parece más que ‘razonable y feliz’ este reconocimiento a Dolores. No sé si la mejor denominación es ‘carisma’, sí sé que ella encarna bien el hecho de que este estilo de seguimiento de Jesús da plenitud a la persona, la hace profundamente humana, comunitaria, atenta a los signos de los tiempos, fecunda y libre. En Dolores reconocemos que la vida consagrada hace a la mujer y al hombre felices y, cuando se vive de verdad, en su entorno se contagia la felicidad. Se envejece bien y con sentido, sin nostalgia ni reproche, acogiendo y ‘bebiendo un vino nuevo’ que trae el Espíritu en este tiempo y que muchas veces miramos con miedo.

Las personas siempre son valiosas, pero nos deja particular noticia de ello cuando escuchas el eco y la fuerza que imprimen en otras vidas. Puedo dar testimonio que Aleixandre es aliento para religiosos y religiosas bien diferentes de todos los rincones del mundo. Los que están presentes en los lugares más difíciles y menos organizados; en los más estructurados y académicos. Es aliento de quienes están viviendo el azote de la soledad y de quienes han descubierto el bálsamo de la comunidad. Anima a los que necesitan correr y a los que ya no pueden hacerlo. Tiene ese extraño don de estar cerca de todos porque, aunque Dolores es una mujer de nuestro tiempo, no vive en el fragmento y es de todos y para todos.

Sigo muy de cerca las colaboraciones mensuales de Dolores en la Revista Vida Religiosa. Su sección, Hablando en dialecto, es la más seguida de la publicación. En estos años (y van ocho), a partes iguales, ha provocado sonrisas, alguna lágrima y nuevas actitudes. Ha despertado una nueva vida consagrada, con liderazgo y verdad, que se hace entender y tiene algo que decir.

Contento de que le demos este premio a Dolores Aleixandre, aunque, en verdad, es ella la que da ‘carisma’ al premio.