Es todavía Navidad. Es ya el comienzo del Tiempo Ordinario. Es la fiesta del Bautismo del Señor.
El canto de la comunidad resume así el misterio que se celebra: “Apenas se bautizó el Señor, se abrió el cielo, y el Espíritu se posó sobre él como una paloma. Y se oyó la voz del Padre, que decía: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto”.
Si Cristo es bautizado, la Iglesia, que es su cuerpo, es bautizada con él.
Escucha la palabra del apóstol: “Estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo –estáis salvados por pura gracia-; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él”.
Donde el apóstol ha escrito que la gracia te ha salvado, que te han hecho revivir con tu Señor, que te han resucitado con él, que te han sentado con él en a la derecha del padre en el cielo, la fe te va diciendo que también te han bautizado con Cristo.
Escucha la palabra de la tradición: “La totalidad de los fieles, nacida en la fuente bautismal, ha nacido con Cristo en su nacimiento, del mismo modo que ha sido crucificada con Cristo en su pasión, ha sido resucitada en su resurrección y ha sido colocada a la derecha del Padre en su ascensión”. De la totalidad de los fieles, de ti y de mí, pudo el Papa León Magno haber dicho también que bajamos con Cristo a las aguas de su bautismo en el Jordán, aguas místicas que eran figura de la muerte en la que Cristo había de ser bautizado para nuestra salvación.
Ahora, Iglesia bautizada, atiende a lo que Jesús ve: “Se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él”. Sólo Jesús lo vio, pero tú en Jesús lo recibes. Sólo Jesús lo vio, pero el Espíritu se ha posado también sobre ti.
Atiende también a lo que decía en aquella hora la voz del cielo: “Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto”. Sólo Jesús la oyó, pero se pronuncia también sobre ti. Sólo Jesús la oyó, pero en comunión con Cristo Jesús tus hijos son hijos de Dios, son amados de Dios, son predilectos de Dios.
Has sido bautizada con Cristo, has sido ungida por Dios con la fuerza del Espíritu, has sido bautizada y ungida para hacer el bien, para evangelizar a los pobres, para liberar oprimidos, para implantar el derecho en la tierra., para proclamar un año de gracia del Señor.
Feliz comunión con Cristo, Iglesia bautizada y ungida. Feliz descenso con Cristo al encuentro de los pobres. Feliz domingo.