Y hoy el amor plantó su tienda entre nosotros. Tienda porque es para quedarse un poco por todo en ese régimen de provisionalidad que se acerca a los márgenes de la vida.
El Amor infinito y eterno, con el principio sin comienzo de los que aman intensamente, se hace niño y encierra en nuestra carne la posibilidad de infinito, que solo un Dios Amor de los amores es capaz de hacer verdad.
Y las azucenas ya pueden crecer en los sitios más insospechados que no nos atrevemos a imaginar: pesebre, casa de pescadores que lo regalan todo, lago de trabajo duro y sin trascendencia, adulterio imperdonable sanado por un pequeño gesto en el suelo…
Azucenas que un niño acompañado por animales estériles que regalan vida (buey y mula) y por pastores redimidos por ángeles felices y locuaces de Gloria, comienza a esparcir por lugares sin Dios que desde este día, hoy, ya gozan de lo soñado por los hombres y mujeres de buena voluntad: Dios jardinero misericordioso.
Feliz Navidad!!!
