¿QUÉ DICE DE LA VIDA CONSAGRADA LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS?

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(Oficina de Comunicación claretianos.es). De la crisis sanitaria se desprende un reto para los consagrados. Con el movimiento personal restringido y el miedo al contagio, la población está transformando sus preguntas, incluidas, cómo no, las últimas y fundamentales. Los religiosos también se han visto obligados a aparcar sus agendas, convocatorias, encuentros y capítulos, relativizando lo accesorio y centrándose en lo fundamental. Ahora que en algunos países las cifras nos indican que estos últimos días se está logrando frenar la hemorragia por donde se iba tanta vida, y los expertos y gobernantes nos conminan a ir pensando en la vuelta a una cierta normalidad, urge una vida consagrada que tenga sustancia que aportar a una sociedad que tiene mucho por reparar. “La revista Vida Religiosa ha acompañado este proceso, de confinamiento y desescalada, desde el respeto y la reflexión”, afirma Luis Alberto Gonzalo Díez, director de esta veterana publicación. Así, recapitulando los tres últimos números, resume: “en abril abríamos los ojos para ver que «mañana nada será igual»; en mayo, descubríamos «el nuevo escenario», y en junio, acompañamos la vuelta a la vida. Hoy toca dar un paso más.”

Y con el fin de favorecer el intercambio de ideas sobre este asunto, persuadiendo sobre los aspectos innegociables de la vocación del consagrado y el momento post-pandemia que estamos viviendo, la revista Vida Religiosa organizó un coloquio digital, bautizado con el nombre de ‘webinar’, en el que participó José Cristo Rey García Paredes, misionero claretiano, teólogo y parte del equipo directivo. Del religioso jiennense se puede decir que sería casi imposible hacer un recuento de sus publicaciones, aunque en su presentación a este seminario fue desvelado un secreto: su última obra está en imprenta, se titula ‘Lo que el Espíritu ha unido’ y en ella se nos ofrecerá otra visión del matrimonio y la familia que a nadie dejará indiferente. También se pudo contar con Daniela Cannavina, capuchina de la M. Rubatto, argentina y actualmente Secretaria general de la CLAR, al servicio de la vida consagrada en América y el Caribe. El panel de expertos se completó con la presencia del Secretario General de la Unión de Superiores Generales, el religioso marista Emili Turú. Por último, se conectó también como ponente Xiskya Valladares, nicaragüense, afincada en España, directora de comunicación en la escuela Superior de Magisterio que su congregación, las religiosas de la Pureza de María, tienen en Palma de Mallorca.

Los contertulios coincidieron en conclusiones enjundiosas y sólidas, y apuntaron a una nueva fraternidad que las comunidades tienen que asumir, reconociéndose en sus contemporáneos y aprendiendo junto a los laicos en misión compartida. Otro de los ejes del discurso de estos expertos giró en torno a la pedagogía y las relaciones entre consagrados de una misma comunidad, pues lejos de atenuar problemas personales, durante el confinamiento éstos se han visto acentuados y reclaman de soluciones más llenas de humanidad. Para finalizar, los participantes a este encuentro armonizaron posturas que hicieran volver a la primera visión de congregación que soñaran los fundadores. “Volvamos a una visión de comunidad nacida para la misión”, resolvieron al unísono.

El esquema de la organización del seminario online se dispuso a partir de diez minutos para la charla de cada uno de los ponentes y más de media hora en la que los participantes fueron formulando cuestiones por escrito a través del chat, y que posteriormente se respondieron con rigor. “Pero como suele ocurrir cuando se está a gusto, se nos fue el tiempo de las manos y se acabó alargando bastante más”, apostilla Díez. Las cien plazas para asistir a este encuentro digital fueron cubiertas rápidamente, y “sale solo pedir una segunda edición, probablemente en este mismo mes de junio”. “Lo que ha quedado patente es que hay que seguir trabajando sobre los puntos en los que se va a concretar la respuesta de los consagrados, en lo que hemos descubierto a partir del confinamiento, y en cómo saldremos a partir de ahora a la calle. Ha habido un proceso importante que ha sido vivido en la intimidad de cada persona y que creemos que ha llegado el momento de que vea la luz y dé fruto”, finaliza el claretiano.