NUEVAS INICIATIVAS

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Decía en una entrada anterior que “tu compra es tu voto”. O lo que es lo mismo que con nuestra compra podemos influir en el mercado. Esa influencia se traduce en nuevas iniciativas, nuevas empresas, dispuestas a ofrecer a los compradores los servicios o productos que demandan. Pues bien, están surgiendo iniciativas nuevas que tratan de responder a la demanda de los que quieren comprar con un determinado sentido ético y cristiano. Ahí está el mercado justo u otras iniciativas de la economía colaborativa. Pero también hay nuevas iniciativas en el campo de las inversiones financieras.

Sí. En ese mundo demasiadas veces tan oscuro, tan plagado de tiburones, tan selvático, también hay nuevas iniciativas dirigidas a responder a la demanda de consumidores, de inversores, que desean encontrar los productos financieros que se adecúen a sus exigencias éticas.

Están comenzando a proliferar los fondos de inversión que invierten sólo en “empresas socialmente responsables”. Hay otros que dicen expresamente que sólo invierten con los criterios de la doctrina social de la Iglesia. Hay nuevas iniciativas. El mercado se mueve.

Hoy me gustaría dar la bienvenida a una nueva iniciativa, que es realmente novedosa. Al menos, en España. Se trata de una EAFI (Empresa de Asesoría Financiera Independiente) que pretende orientarse única y exclusivamente por los criterios de la moral católica. No es que tenga esos criterios disponibles para unos clientes que los demandan y otros criterios para otros tipos de clientes. Es que nace con la pretensión de ponerse exclusivamente al servicio de ese tipo concreto de clientes.

Se llama Altum Faithful Investing. Es el producto de la iniciativa de un financiero, Borja Barragán, que, desde sus convicciones personales de fe, ha querido hacer lo posible para que en ese mundo tan opaco entre un poco de luz. Un poco de luz y también de eficiencia. Porque demasiadas veces hemos visto que los fondos “éticos” por serlo parecía que renunciaban a la necesaria rentabilidad y, más bien, parecían mantenerse felizmente en el lado de las pérdidas. La pretensión de esta nueva empresa es conjugar los criterios católicos con una rentabilidad adecuada. Ahí es donde entra la profesionalidad y el buen hacer del banquero.

Altum Faithful Investing es una iniciativa que debe ser apoyada. Debería ser la primera de una serie de empresas que naciesen con esos mismos objetivos. Para que también haya una presencia cristiana en ese mundo de las inversiones. Porque entiendo que el objetivo de los inversores católicos (tanto si son instituciones religiosas o diócesis como si son particulares) no pueden tener como objetivo único el obtener el máximo rendimiento. Este objetivo deberá ser conjugado con los criterios éticos y evangélicos sin los que esas inversiones no tendrían sentido. Por lo tanto, la forma como hacemos nuestras inversiones financieras es también una forma de evangelizar. Los institutos religiosos nos deberíamos tomar esto en serio.

En este enlace de una revista especializada pueden encontrar una descripción más amplia de lo que pretende la nueva empresa y de la persona de su fundador. Y en este otro tienen la página web de la nueva empresa.

Alguno pensará que estoy haciendo propaganda. Me da lo mismo. Estoy convencido de que tenemos que apoyar estas iniciativas. Igual no se trata de movernos a ellas de golpe con todo el bagaje. Pero si al menos de probar, de contactar, de valorar y de comparar con lo que actualmente tenemos. Altum Faithful Investing promete transparencia total,  buenos precios y buenos retornos. Creo que hay que darle una oportunidad.