Alejandro del Moral
Hasta el 9 de septiembre pasado Alejandro del Moral Antón fue prior general de los agustinos. Hoy, después de 35 años en distintas tareas de gobierno de su orden, Alejandro ha emprendido el camino de la desaceleración institucional, que lo llevará de nuevo probablemente a su provincia española de origen. Mientras llega ese momento, viaja de acá para allá ejerciendo funciones de “tapagujeros” de lujo a la orden del nuevo prior general. Por eso era difícil echarle el lazo para una charla tranquila sobre este momento eclesial. Después de varios tentativos frustrados, los lazos de amistad que nos vincularon hace más de 30 años atrás en Los Negrales (Madrid) lo han hecho gratamente posible.
Mariano José Sedano Sierra, cmf
Alejandro, después de tanto tiempo en servicios de gobierno, ¿cómo estás viviendo este momento en que toca dejar de hacer? A veces se compara a estos altos cargos con la corona de espinas. Duele cuando te la ponen, pero duele más cuando te la arrancan. ¿Cuál ha sido tu experiencia en este campo?
Cuando comencé, por formar parte del equipo de gobierno del prior general, Robert Prevost, estaba entre los favoritos a sucederle. La Orden me encomendó esta tarea de modo casi natural. La acepté con actitud de servicio. En estos últimos meses, después de la elección de León XIV en mayo, aumentó mucho el trabajo y surgieron nuevas preocupaciones y algunas situaciones difíciles dentro del gobierno. Por eso, en septiembre pasado yo entendí que lo mejor era ceder el testigo a otros. Después de 35 años de gobierno y con 70 años de edad, estaba claro. Ahora estoy esperando destino, adonde me envíe el nuevo prior general. No tengo ningún problema.
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