Los cambios vertiginosos del tiempo actual, junto a los sentimientos de desconcierto e incertidumbre, ponen en la mesa de la reflexión una pregunta clave: ¿cómo ser religiosas/os en un mundo de cambio permanente? y también: ¿cómo seguir poniendo la mirada en Jesús, de quien procede nuestra fe y quien la plenifica ante tantas sacudidas? Para pensar en la respuesta, necesitaremos ciertos aderezos. Primeramente, una pizca de gran humildad… esa a la que nos invita Teresa de Ávila, la que nos hace caminar en la verdad. Luego, un deseo profundo de querer vivir en el Espíritu, quien nos impulsa a fortalecer un camino de comunión con quienes sienten los mismos interrogantes, recordemos que la vida religiosa no es la única zarandeada en este tema.
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