39 semana de vida religiosa

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SALUDO DE LA XXXIX SEMANA

Nos convoca la Pascua y a la luz de la Resurrección queremos colaborar en la construcción de la casa de todos, desde tres pilares: comunidad, misión y morada.
Las semanas de vida religiosa han llegado a la edición 39. Significa esto que hemos sido, no sólo testigos, sino coprotagonistas con el Espíritu de lo que ha querido ir dictando a esta parcela del Pueblo de Dios que somos los consagrados.
Sin querer, queriendo, las semanas de vida religiosa, marcan el pulso de la vida consagrada en nuestro mundo. Recogen lo que vivimos y consiguen fijar itinerarios que necesitamos. Y esto es mérito de todos, es una obra coral, plural y viva… No hay ninguna duda, estos 39 años de posconcilio la vida consagrada se ha tomado muy en serio su futuro y su presente, que es donde estamos.


 

 

 

 

 

 

 

 

Nos encontramos celebrando el triunfo de la resurrección, pero no triunfantes. Más bien lo hacemos con la conciencia de la responsabilidad y, este año, dispuestos a edificar la casa, el hogar, la familia, como Él quiera con los signos que quiera, para las voces y los corazones de hoy.

La vida consagrada española se reúne en esta 39 edición como lo hace siempre, unida en misión compartida con tantas mujeres y hombres que buscan el Reino. Laicos, presbíteros y Pastores saben que no tenemos otra casa que la que compartimos con ellos al servicio de la Esperanza. Muchos de vuestros pastores (encabezados por el Sr. Nuncio) se han adherido a estas jornadas, sería muy extensa la lista… Baste decir que esta reflexión sobre la Casa Morada y misión, es una reflexión sobre y para la comunión, en la que la vida consagrada es y disfruta.

Como consagrados, formamos parte de la Iglesia. En la casa común queremos crecer y servir y, expresamente, como asamblea notable de consagrados españoles expresamos públicamente nuestra cercanía, adhesión y cariño a Benedicto XVI. Que en servicio a la comunión, llegue nuestra intercesión por su ministerio y nuestro aplauso a su persona.

Abrimos pues las puertas de esta Casa de la XXXIX semana. Y las abrimos de par en par. Ya sabéis que es una casa que goza con la presencia y participación de todos. Llegó el momento de hacer palpable la Pascua y llenar de vida, lo que pueda estar dormido por la rutina; recuperar la frescura ante la tentación de vernos mayores; creer en el mañana, porque lo que está por venir es insospechado, nuevo y mejor.

 A todas y todos, gracias por estar y ser. Y sobre todo ánimo para llevar a vuestras comunidades una reflexión llena de vida sobre la CASA, COMUNIDAD, MISIÓN Y MORADA.
Muchas gracias.