En todo caso, Zoom, Meet, Jitsy meet, Teams… han entrado en nuestra vida para encuentros informales, formales, de formación, de gestión…, incluso para consejos generales ampliados y ahora hasta algún que otro capítulo o asamblea, provincial o general.
Hemos conseguido que funcione suficientemente la cuestión telemática, pero nos falta cuidar, ¡y mucho!, los detalles, que, por ser detalles, no son cosas nimias; en los detalles se nos va la vida.
Hemos conseguido que funcione suficientemente la cuestión telemática, pero nos falta cuidar, ¡y mucho!, los detalles, que, por ser detalles, no son cosas nimias; en los detalles se nos va la vida. Me gustaría analizar varios aspectos para tener en cuenta, pues en ocasiones perdimos, y bien perdida, la compostura.
No podemos desmerecer un encuentro online solo por el hecho de no ser presencial y resulta que los estamos degradando poco a poco. Empezamos el camino virtual pagando novatadas, le pusimos mucho interés, nos costó dominar cada plataforma y encima para cada grupo una distinta, pero ahora ya sabemos de qué se trata, al menos en lo básico de conexión y desconexión o de compartir… y eso nos permite andar más despistados y no alcanzar a cuidar algunas cuestiones a mi modo de ver indispensables. Enumero algunas:
Puntualidad
- Es verdad que, como en todo grupo humano, toda institución tiene hermanos y hermanas que llegan tarde a las reuniones y encuentros, a veces siempre son los mismos y ya los conocemos, pero eso no quita que así no tendría que ser. Por ende, una reunión online tiene una hora de inicio y finalización que deberíamos respetar. Sobre todo, porque es mucho más complicado controlar la presencia de todos si el grupo es numeroso. ¿Por qué nos estamos acostumbrando a quitarle importancia a esa reunión virtual? Decimos: ah es online, como si las personas no fuéramos las mismas y no mereciéramos el mismo respeto. En cambio, es importante llegar antes, para situarnos, asegurar que estamos con el micrófono apagado y la cámara encendida, al igual que llegamos antes a los encuentros presenciales y así no hacemos ruido al mover sillas y al situarnos. Además, conectarse antes de la hora establecida nos permite comprobar que todo nos funcione.
Y ya no digamos eso de que nos parece que podemos entrar y salir del encuentro cuando nos parece y peor aun cuando lo hacemos en grupos pequeños. Podemos atender el teléfono, ir y venir, etc. Como si entrar o salir de una sala o aula a tiempo y a destiempo fuese algo normal. A ver qué haremos cuando retorne la anhelada y deseada presencialidad.
Cámara y micrófono
- Es necesario asegurarse de que la cámara, el micrófono y los altavoces o auriculares que vamos a usar estén funcionando, es fácil hacer una prueba previa, las mismas plataformas lo ofrecen antes de conectarnos a la reunión.
- Es bueno entrar con el micrófono apagado y mantenerlo así mientras escuchamos, pues las indiscreciones están generando muchos memes y lo único que conseguimos es desmerecer la reunión o incomodar al ponente. Así también evitamos ruidos por acoplamiento.
- Muchos han apostado por mantener la cámara apagada todo el tiempo. ¡Ay, es que no me gusta verme!, dicen algunos y otros mientras tanto aprovechan para hacer mil cosas. Mirad, a mi entender, esto es como en una sala de conferencias o reuniones ponerse de espaldas al ponente o en una reunión presencial o en una clase jugar con el móvil o hablar con el que tienes al lado, para eso más vale quedarse en casa, y en el online, para eso no vale la pena conectarse y no faltamos al respeto.
Lo encuentro de muy mal gusto, por tanto, si te apuntaste a un encuentro y vas a estar así no vale la pena hacer acto de presencia. Seguramente ya lo colgarán en la red para verlo luego y no es necesario que la plataforma la uses como quien pone la radio para hacer compañía.
A mis alumnos les supliqué que no quería hablar a pantallas negras que era muy frustrante y lo entendieron enseguida (y eso con toda la polémica de guardar la intimidad de las familias) y resulta que nosotros religiosos no somos capaces de estar pendientes de quien habla. El ponente o quien sea que hable nos ve o necesita ver nuestras caras, necesita ese feedback para una comunicación activa y completa.
- Luego, cuidemos nuestro entorno, es necesaria una luz adecuada que la cámara capte bien, que permita ver nuestra cara y no seamos un espejismo o fantasma que casi da miedo. Que no se vean cosas que distraigan o puedan molestar. He visto hermanos y hermanas comiendo, otros que pasan y traspasan por detrás, otros que siguen con sus tareas como si nadie los viera.
Pero en general, en lo que más fallamos es en el encuadre de la cara, no es necesario un super primer plano, ni una super frente, ni que solo veamos los peinados que llevamos, en caso de no llevar hábito. También cuidado con el vestido y seguro que pensareis que soy exagerada, pero he estado en reuniones donde había gente en pijama. ¿Iríamos a esa reunión así si fuera presencial? La respuesta es evidente.
- Si somos ponentes es importante una cámara clara y un micrófono y auriculares que funcionen con una calidad suficiente. Se ha puesto de moda, usar los auriculares del móvil y mantenemos con una mano el micro ante nuestra boca. Eso crea interferencias y ruiditos, pero además impide que seamos lo suficientemente expresivos con las manos. Verdad que en una ponencia el micro está fijo o es de diadema, pues aquí igual, que no lo tengamos que tocar y nos deje libertad de movimiento para la expresión, los papeles, etc.
Conexión
- Buscar el mejor espacio para situar el ordenador según la cobertura wifi, y si es posible conectar por cable. El wifi nos ha cambiado la vida, pero muchas veces en nuestras casas hay tomas de internet que nos permiten aprovechar al máximo la velocidad contratada. Una velocidad que normalmente no la llega a dar el wifi.
- Y, por último, es mejor no situar dos ordenadores que se vayan a unir al encuentro en la misma sala, pues habrá problemas de interferencias, a no ser que lo tengamos todo muy controlado y cada uno, con sus cascos bien herméticos y su micro unidireccional.
Ya veis, algunas ideas de cosas que pasan y que desmerecen nuestras reuniones. Es bueno cuidarlas y más si pensamos que nos tocará un CGA, un capítulo o una asamblea online. Podría alargarme en el tema del ponente o hospedador: qué tendrá preparado para compartir, qué documentos podrá colgar en el chat, etc.… Y faltaría tratar otro tema, el de la seguridad, que aún en algunas instituciones está más que descuidada, por desconocimiento o dejadez.