Gracias Dios de la vida por regalarnos la paz.
Gracias por que tu Hijo Resucitado nos saluda cada mañana así: “Paz a vosotros”.
Gracias porque Abraham contaba las estrellas del cielo en paz, despacito, en el silencio de la noche, saboreando la paz.
Gracias por dibujar en el cielo el arco iris en tiempos de Noé y porque la paloma, nuestra paloma, volvió con una rama de olivo en su pico: “nunca más habrá castigos”, dijiste…
Gracias porque nos cuentas que la justicia y la paz se besan, en un beso para siempre y desde siempre.(Seguir leyendo en el blog)