Ven…

Ven Espíritu, haznos todo el bien que no nos dejamos hacer. Abre nuestros corazones y llénalos de la misericordia que tantas veces no regalamos. Enséñanos a amar sin miedo, a reír sin vergüenza, a aventurarnos por sendas arriesgadas de ternura. 

Ven Espíritu, haznos comunidades acogedoras y preocupadas por los que menos cuentan, contando con todos y contándoselo a todos. Haz que nuestras heridas se vayan curando con el ungüento de la resurrección, pero que no nos olvidemos que forman parte de nuestra carne que es tu carne, fermento de amor. 

Ven Espíritu, haznos fraternamente frágiles y sabedores de que es tu gracia la única compañera de camino que puede hacer verdad la generosidad del olvido de uno mismo. Haznos vida hermosa, que sepa saborear lo bello, que se deje saborear por los demás hasta gastarse. 

Ven Espíritu, sin ti no somos, sin ti rompemos la comunión, sin ti arrojamos la toalla y volcamos la jofaina para convertir la eucaristía en vacío y nada. 

Ven Espíritu… Ven