VALÉIS MÁS

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En el evangelio de hoy la frase que más se repite es: “No tengáis miedo”.

En un momento como el que vivimos quizás resuene con más fuerza en cada uno de nosotros. Tenemos muchos miedos que nos asaltan y, a veces, nos paralizan. El miedo es un mecanismo de defensa que nos salva de muchas cosas, pero no se trata de vivir atemorizados.

Desde la caída de las Torres gemelas parece que el miedo es el que domina y, no pocas veces, a costa de muchas libertades (solo hace falta a pasarse por cualquier Areopuerto).

En este contexto de Pandemia sucede algo similar. No podemos comportarnos de manera insolidaria y poner en riesgo la salud de los demás, especialmente la de los más frágiles. Pero tampoco podemos dejar de preocuparnos por los demás poniéndonos a nosotros mismos de excusa.

El no temer del hoy nos lleva al centro mismo de los que somos, a nuestro valor eterno: el amor que somos y que hacemos.

Y desde la perspectiva del cuidado de Dios. Un Padre que cuida de todos (hasta de los pajarillos que parece que no tienen ninguna fuente de cuidado). Nosotros valemos mucho más que ellos (aunque para Dios también esos pajarillos tienen un valor absoluto). Somos cuidados en o profundo, en lo que vale la pena y puede cambiarnos y cambiar nuestro entorno. En ese centro somos objeto de mimo exquisito por el Padre.

Por ello, no debemos dejar que el miedo nos atenace, que nos impida regalar aquello que no nos pertenece porque viene de Dios. Y está en todos los seres humanos.

Valemos infinitamente en lo infinito del amor que ha de ser derramado, sino se pierde,. Sino nos perdemos en los vericuetos del atesorar carcoma. En lo miserable de nuestros temores mínimos.

“No tengáis miedo…”