TENEMOS QUE DECIRLAS…

0
595

Me contaba mi buen amigo religioso Juan Antonio: “Hace unos días tuvimos un encuentro de sacerdotes jóvenes de mi congregación, o más bien de los que trabajan con jóvenes, aunque ya la juventud pasó nos sentimos cercanos a esta franja de la vida que cada día se nos escapa un poco más. La JMJ iba a traer muchas vocaciones, muchos jóvenes a las parroquias, mucha vida… todavía es pronto para evaluar, desde luego, pero yo sigo viendo a los que estaban antes de la JMJ, lo mismo hay que esperar más, pero el frío ya está cerca… Volviendo a la reunión o encuentro de programación constato que el verbo “hacer” sonaba y resonaba por activa por pasiva y por perifrástica… para atraer a los jóvenes tenemos que hacer esto, para convocarlos hacer lo otro, para que se sientan en su casa hacemos lo otro… y creo que menos “hacer el pino” salió de todo. Conforme iba escuchando lo que decían mis hermanos, pensaba que se estaba olvidando una cuestión que para mí es vital: ¿quiénes somos? Desde la vivencia honesta, humilde y sincera de nuestra propia vida ¿ya no se evangeliza? Es verdad que hacen falta planes de actuación, proyectos, itinerarios, fines y medios… pero todo esto… ¿sirve de algo si no “somos”? Esta pregunta me estuvo rondando durante todo el encuentro incluso me atreví a compartirla, todos me escucharon en silencio y pensé… qué bien, vamos a empezar por el principio: “evangelizarnos a nosotros mismos…” “buscar discernimiento…” “ahondar en nuestra llamada y desde ahí descubrir qué quiere Dios de nosotros”… pensé que se iba a abrir un diálogo interesante y enjundioso, pero de pronto se oyó una voz que dijo: “¿Entonces qué día hacemos las camisetas para la marcha?” Todos hicieron unos segundos de silencio pero inmediatamente empezaron a responder: tenemos que hacerlas el 7, otros que el 3, otros que el 5”.

Noté en la narración de Juan Antonio cierta desazón, desilusión y conformismo. Pero también satisfacción porque había expresado y dicho aquello que él quería. No siempre que manifestamos nuestras convicciones son acogidas o ni siquiera entendidas… pero nadie nos puede quitar el derecho de decirlas. Tenemos que decirlas Juan Antonio, tenemos que decirlas…

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí