Fue en la presentación de un libro. Hace unos días coincidí con una persona que dedicó los últimos años a la política como diputado. Espontáneamente, me dijo que había dejado el acta por salud emocional. No por la sensación de fracaso. Tampoco porque su hacer político no tuviese eco social. No porque no creyera en el servicio público… Dejó el acta por el ambiente irrespirable con sus compañeros y compañeras de partido. “Por el fuego amigo”, las envidias… la necesidad de crecer, muy palpable en algunos, pisando a otros. Así, a mitad de legislatura, dejó el acta y, de nuevo, sigue siendo quien nunca dejó de ser, un psiquiatra que cree en las posibilidades de todos, especialmente de los más débiles y a eso dedica su vida.
Cada vez estoy más convencido de que la vida no es vida si no eres tú. Si la inter actuación está dirigida por la ficción, lo conveniente o lo que se espera. Y, cada vez, estoy más persuadido de que la fecundidad de la vida no pasa por negarte, sino por saberte situar. Ahí es donde la reflexión con la que iniciaba este artículo entronca perfectamente con los procesos de convivencia y “habitabilidad” que hemos podido desarrollar en la vida consagrada.
No considero que nadie pueda vivir, por años, con un tono de desinterés. Como no puedo entender que tu sitio y lo que es esencial de tu vida lo puedas disfrutar desde la tristeza. Vincular vida consagrada con negatividad es, cuando menos, paradójico y, por supuesto, enfermo. Y hay que reconocer que aunque no sepan ponerle nombre, de facto, algunas personas así lo viven.
Nuestras coordenadas de pertenencia son apasionantes. Siempre, inequívocamente, lo que nos lleva a vivir juntos es la búsqueda de una sociedad diferente, justa y que sepa convivir. Lo que nos impulsa a inaugurar un estilo de convivencia en donación es el sueño de algo grande, un proyecto que inauguró Jesús, bien lo sabemos, y está continuamente restañándose para hacer posible que el mundo sepa a humanidad. Ahí se inscriben todos los carismas y todas las comunidades que quieren expresarlos.
Si el proyecto es bueno, y los niveles de confianza en la vida son deficientes, quiere decir que la herida está en la estructura. Pero no conviene equivocarse, las estructuras en sí no sufren, ni lloran; ni sonríen ni esperan. Expresan, eso sí, la voluntad de quienes las construyen que, dependiendo de la verdad que en ellas pongan, serán estructuras para la vida o pasaportes para la extinción.
Aquí es donde sospechosamente nos parecemos tanto al funcionamiento de una bancada política. Seguramente nos une estar frente a otro bando, aunque estemos internamente rotos; seguramente aceptamos, aparentemente, ser diferentes, aunque contemos siempre con los mismos; muy probablemente nuestras palabras suaves sobre el amor y la solidaridad nazcan del corazón, pero quien dirige nuestro corazón es la búsqueda práctica de la seguridad que nos pide no salir del guion y no exponernos. Estoy seguro de que hemos sentido una llamada interior a cambiar las cosas y la hemos serenado porque no queremos “problemas” y no hay tiempo para sueños. Y sí, quizá tengamos que reconocer que también entre nosotros y nosotras hay envidias que malogran la convivencia y el porvenir… Hay “fuego amigo” que curiosamente hacemos compatible con las bienaventuranzas, creyendo que forma parte de la verdad, aunque lo que manifiesta es solo envidia y pereza mental que impide reconocer el bien.
Diego, que así se llama el psiquiatra, en su conversación me evocó una máxima conocida: «Una persona inteligente ignora cuando es criticada. Escucha cuando es aconsejada y se aleja, cuando no es valorada». Nuestras estructuras de vida consagrada han nacido en el discernimiento y para el discernimiento. Quiere decir que es fundamental el ejercicio de escucha. Y es el que nos sostiene. Si damos por normal no escucharnos, la crítica sistémica y el alejamiento de tantos y tantas (aunque no lleguen a marchar) quiere decir que las estructuras están enfermas. Hay que cambiarlas. Y si no se puede, conviene serenar conciencias anunciando que hay vida más allá de ellas.



