No hace muchos días, uno de esos mensajes entrantes que nos llegan a diario, se coló en mi móvil. Traía nombre de mujer. Y con un historial largo y fecundo: académicamente, profesionalmente (profesora en la facultad), pastoralmente (rompedora con su voz y guitarra en las periferias de la cárcel), humanamente (madre, esposa, amiga, …)…Hasta ahí todo normal.
Sucede, al momento primero del té, lo típico: bla, bla bla…hasta que llega ese instante culmen en el que me mira y me dice: oye, he venido a hablar contigo para hacerte una pregunta: ¿cómo me preparo para la muerte?.Yo la miro, con la misma serenidad con la que me hizo la pregunta y le digo: ni idea!. Y hay otra pregunta, me sigue contando. Le digo: ¿qué?. Y me dice: ¿porqué le tengo algo de miedo a todo esto?.
Hoy le doy gracias a Dios por gente, entre nosotros, con tanta fuerza y con tanta fe. Mi amiga está enferma, pero la tendríais que ver: lucha cada día, cada segundo. Ya no puede trabajar, pero no para, aún cuando tiene que mirar al suelo para saber dónde pisa: los sentidos, entre ellos el tacto, están algo mermados. Y aún cuando no siente los dedos, toca algunos domingo la guitarra en la misa con los presos. Le conté que nos preparamos para la muerte viviendo como ella vive: dándolo todo, aferrándonos a la vida y a los amores que en ella tenemos, despertando cada mañana con sueños por hacer realidad ese día. Nos preparamos para morir sabiendo mirar, con ojos agradecidos, todo lo que hemos recibido. Todo lo demás, hay que dejárselo al Jefe.
¿Y del miedo? El miedo nos pertenece. Va siempre con nosotros. También nos paraliza. Por eso no es bueno detenerse a saludarlo en demasía. Sólo lo justo. El miedo puede ser simplemente, ese añorar tener, disfrutar, gozar… lo que está por llegar.
Me despedí de mi amiga hasta la próxima, regalándole un libro que escribió un hermano de congregación: Ilde. Y lo escribió desde la UCI. Le dije: con el título, te vas a sentir identificada: UN ITINERARIO INESPERADO. ¿Y no es ese el itinerario de todos nosotros, cada día, cuando revisamos la jornada, antes de irnos a dormir?. Que fluya la vida…y llegue la muerte, que nos transporta a la verdadera Vida.