INTERNET NO ES OPCIONAL

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(Xiskya Valladares). Fue en una tertulia cuando surgió el tema. Mis contertulianos comentaban indignados que un banco cerraba 30 sucursales. Discutían que las personas mayores quieren ser atendidas cara a cara, que no saben usar la ‘banca online’, que se perdían puestos de trabajo y que hay cosas que solo se pueden hacer en una sucursal presencial. El economista de la mesa explicaba que ya hay bancos que solo existen online, el abogado decía que este proceso no tiene marcha atrás. Y mientras ellos hablaban, yo pensaba en la digitalización de nuestras instituciones religiosas.

Me llegan muchos mensajes de hermanos que desean introducir en sus órdenes religiosas el tema de digitalización, pero se encuentran resistencia; a veces por parte de los gobiernos generales, otras por los demás miembros. Casi todos los argumentos que me cuentan tienen de base el miedo. Miedo a deshumanizar la institución, a los riesgos que supone la digitalización, a no tener personas preparadas para hacerlo bien. En el fondo: desconocimiento. Sin pensar que este proceso ya es irreversible y, lo que es peor, que no solo estamos eludiendo la responsabilidad enorme de evangelizar ese Continente Digital, sino que con estas posturas fomentamos nuestra propia ruina. Con razón, Amaia, la chica de Operación Triunfo, hablando con Alfred, nos llamaba ‘neomedievales’ a las monjas o curas digitalizados (con móviles, youtubers, conectados, etc.).

Nuestra presencia en redes sociales ya no es opcional. Ni siquiera podemos elegir si estar más o menos en Internet. Es un hecho. Desde que tienes un móvil con 4G o con wifi en el bolsillo, ya estás en Internet. Deberíamos preguntarnos cuáles son los deseos profundos a los que la tecnología está respondiendo y por los que tantísimas personas vivimos conectadas. El ambiente digital no es virtual, sino tan real como las personas que en él convivimos. Por eso, la red no es un instrumento de evangelización, sino un lugar en el cual vivir el Evangelio. Y la vida religiosa no puede ausentarse de él, pero debe invertir tiempo, dinero y personas para hacerlo bien. No es una cuestión de actualización, tiene que ver con el meollo de la Encarnación.