Para elegir la vida y ponernos en los caminos de Dios, la espiritualidad, aliento del Espíritu en nuestra interioridad y despliegue hacia la realidad cotidiana, se transforma en el espacio humanizante y humanizador que direcciona el corazón para tocar la carne sufriente de Cristo en los hermanos (Francisco). En este salir hacia el dolor y sufrimiento de quienes se nos cruzan en los recodos del camino, al mismo tiempo que produce el efecto de la sanación de lo vulnerado, será el que nos ayude a sanar de las actitudes que clausuran el corazón en la comodidad del instalado yo.
This content is locked
Login To Unlock The Content!