Jesús conoce a su Padre y su Padre lo conoce. Y Jesús nos lo quiere dar a conocer a nosotros. Hasta aquí bien.
Lo que pasa es que muchas veces nosotros solo conocemos de oídas, de refilón. E incluso decidimos que ya conocemos suficientemente a la otra persona y más a Dios. Damos por supuestas muchas cosas: actitudes, preferencias, maneras de actuar… Y con Dios más, más de oídas o de refilón. Jesús nos dice quien es el Padre, es un trocito del Padre y del Espíritu, es Dios pero hombre. Y esto es lo más complicado de creer, aunque sea de oídas. Dios humano que transparenta al Padre Dios.