Nos pide que vigilemos, que estemos atentos a las señales de vida que nos rodean. Atentos a la belleza que se despliega a veces oculta en lo cotidiano.
Que estemos pendientes de hacer más fácil la vida a los demás. De mimar lo que va creciendo despacio. De reducir el paso para no atropellar a lo que va a un ritmo distinto, a quien va a un ritmo distinto.
Comienza el Adviento. Comienza la vida.