A la beata María Rafols en su día
ANGEL DE HOSPITALIDAD
María Rafols,
corazón compasivo,
por todo el mundo alargado,
con 236 años de latidos.
Intercede ante TRI-AMOR
por nosotros,
habitantes de esta piel de toro,
enfrentados, llenos de reproches,
tristes y heridos
El Maligno
Ángel de la hostilidad,
dibuja en su rostro
una muesca sarcástica:
llevamos cuenta de los delitos,
nos lanzamos flechas
de memorias envenenadas;
para el Hijo pródigo
ya no hay Padre, sino Carcelero.
Y se enfrentan las banderas,
y se delimitan territorios,
y se imponen leyes ciegas,
que no saben de emociones.
ÁNGEL DE HOSPITALIDAD
abre hospitales de corazones,
donde el Espíritu se derrame
sanador y transformador.
Ángel de la gran Amnistía
¡ruega por nosotros,
juntamente con Juan,
tu compañero itinerante,
por esta piel de toro
desgarrada… pero todavía
capaz de revivir.
Que el Espíritu que te consagró
haga brotar surtidores
que rieguen esta tierra seca
y limpien el odio
que bestializa nuestros rostros.
¡Nunca más, demonios de hostilidad!
¡Sí, ángeles de hospitalidad!