Perdón desproporcionado para una deuda más que elevada. Y después de ese perdón exigencia desproporcionada para un deudor mínimo, casi anecdótico. Varas de medir desiguales. Distancias infranqueables como el abismo de Lázaro y Epulón. Y aún así esperanza de reconciliación. Perdónanos nuestras deudas…
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Memoria y eucaristía
Así oramos hoy: “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”.
Si me preguntas cuál es el motivo de nuestra oración,...