Tras la puesta de largo del título en Barcelona, el colegio mayor Jaime del Amo acogió el pasado miércoles 21 la presentación de ‘¿Un futuro sin Cristo?’ en la capital
La tarde del miércoles era fría y anticipaba el invierno, pero no por ello la sala que acogió la presentación del libro ‘¿Un futuro sin Cristo?’ en el Colegio Mayor Jaime del Amo de Madrid dejó de reunir a un nutrido grupo de personalidades del mundo universitario, de la pastoral y de la teología. Una publicación que desde la multiplicidad de voces que participan en el libro -hasta treinta y tres autores se congregan en estas páginas coordinadas por Tomás J. Marín Mena- procura acercar una respuesta al interrogante que suscita el título desde implicaciones tan variadas como la cultura, la espiritualidad, la acción social, las cuestiones éticas o las políticas.
Presentaban la investigadora predoctoral en Filosofía en la UAM, Mercedes López Mateo, y el ‘youtuber’ divulgador de teología, Abel de Jesús. Ambos, además, coautores. Una buena pareja que iba a orbitar, apoyados en las preguntas que fue formulando José Fernando Juan, sobre un único eje vertebrador: el intento de hacer comprensible la grandeza y la belleza actual del misterio cristiano a una generación que parece inmunizada.
Tras los muchos saludos y abrazos entre los invitados, José Fernando Juan fue el primero en disparar, y lo hizo apuntando al centro mismo de la pregunta que les convocaba “¿Nos enfrentamos a un futuro sin Cristo?”. “En mi texto someto a crítica la formulación en sí”, respondía López Mateo. “Y es que, a ojos de la autora, “¿tiene más vigencia esta pregunta hoy que en épocas pasadas?”. La réplica de De Jesús no se hizo esperar: “En el fondo, los desafíos para la evangelización y la profundización en Jesucristo son más o menos los mismos hoy que ayer, y por ello, en nuestro contexto presente, no tendríamos que tirar la toalla por las peculiaridades propias de esta generación”. Además, añadía el teólogo, “una cultura cristiana no asegura más cristianismo”.
Se fue llenando la tarde con un poco más de sociología, y esta vez, venida de un fragmento del libro leído por López Mateo. En él se daba cuenta del aumento que de aquí a los próximos años se augura para el hecho religioso. “Lo cual no significa que vayan a predominar los católicos”, señalaba. Pero “¿qué posición encontrará el cristianismo? ¿estaremos cómodos sin dominar el cotarro?”. “La verdad padecerá, pero no perecerá”, respondía De Jesús parafraseando a santa Teresa. “Yo, con todo, no creo la posibilidad del futuro sin Cristo”, añadió.
Otro acento: esta vez el de la pastoral. José Fernando Juan puso sobre la mesa la pregunta por el sentido, y es que “¿dónde lo buscan los jóvenes de hoy?”. “La pregunta por el sentido es cada vez más complicada por falta de espacio”, se adelantó Abel de Jesús. “Los jóvenes se quedan dormidos por la noche viendo sus perfiles en redes sociales… Entonces, donde podría haber espacio para una pregunta fundamental ya no cabe la posibilidad porque, antes que esta, se antepone Instagram”. En cambio, López Mateo refirió que “lo más instintivo es decir que no hay espacios, que hay falta de sentido, que vivimos acelerados. Pero yo creo que no es así. Simplemente porque creo que hay ‘más sentidos’. Ahora estamos en una democracia en la que entran en disputa varias cosmovisiones e ideologías y cada cual debe hacer examen de sí mismo y quedarse con aquello que prefiera”. Tal argumento no convenció a De Jesús: “Puede ser que la democracia corrompa al pueblo”, contrapuso.
Para finalizar, José Fernando Juan lanzó una última pregunta: “¿Qué le pedirías a Dios para la Iglesia hoy?”. “Que las nuevas generaciones de cristianos dejen de socorrer al prójimo sólo por Cristo, y lo hagan con Cristo”, concluyó la filósofa. Un aplauso final y empezó el cóctel. Si había nubes en la calle, daba igual. Las de dentro de la sala ya se empezaron a disipar.